El Gobierno español genera de nuevo polémica por la expulsión de los 21 monjes benedictinos del Valle de los Caídos, recientemente rebautizado como Valle de Cuelgamuros, según la Ley de Memoria Democrática.
«Queremos que se vayan»
Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, ha reafirmado esta intención en una entrevista concedida hace unos días al diario El País, en la que de manera contundente declaró: «Queremos que se vayan».
En sus declaraciones, Torres se muestra firme y asegura que están en conversaciones con las autoridades eclesiásticas porque el objetivo es convertir el lugar en un centro laico destinado a explicar la Guerra Civil Española y sus consecuencias. «No cabe que se queden», ha subrayado el ministro.
El ministro reconoce la resistencia de los monjes a abandonar el lugar, comparándola con la oposición inicial a la exhumación de Francisco Franco, que finalmente fue aprobada por la justicia.
Centro de interpretación histórica
El Ministerio que encabeza Torres está trabajando en la redacción de cuatro reales decretos para desarrollar la Ley de Memoria Democrática, en coordinación con otros ministerios como Transición Ecológica, Hacienda y Cultura, debido a la complejidad del tema.
Este proceso, que podría tardar hasta dos años, busca establecer un nuevo marco jurídico para el Valle de los Caídos, definiendo su organización, funcionamiento y régimen patrimonial. El objetivo del Gobierno de Pedro Sánchez es transformar a toda costa el Valle en un centro de “interpretación histórica». «Debe ser un centro laico que sirva para explicar la guerra y lo que vino después. No cabe que se queden», afirma el ministro.
No obstante, la presencia de los monjes constituye el principal escollo para el Ejecutivo, ya que sigue vigente un convenio firmado en 1958 entre la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos y la Abadía Benedictina de Silos. Este acuerdo, de carácter público, no puede ser anulado unilateralmente sin desencadenar una batalla legal con los benedictinos. «El Gobierno socialista lleva unos años de vida y la orden benedictina, por el contrario, desde el siglo VI», recalcan fuentes cercanas a los monjes, subrayando la dificultad de la situación.
Razones de ataque
La pugna por la expulsión de los benedictinos del Valle de los Caídos refleja un complejo ataque legal y sobre todo cultural, en el que se enfrentan la voluntad del Gobierno de imponer la reinterpretación de un espacio de memoria histórica con la tradición, la buena labor y la persistencia de una comunidad religiosa con siglos de existencia.
2 Comentarios. Dejar nuevo
“Queremos que se vayan”
El plural de este “queremos” ¿se refiere al gobierno, a la masonería, o se trata de un plural mayestático? Puede que todo a la vez.
Una frase, por cierto, que es toda una declaración de odio. Podía haberlo dicho de muchas maneras, pero le salió la que viene a ser como un empujón, con patada incluida, para echar a alguien que molesta.
«Debe ser un centro laico que sirva para explicar la guerra y lo que vino después. No cabe que se queden»
Claro, para explicar la guerra y lo que vino después según los postulados del gobierno, cuyo objetivo es disimular la culpabilidad de la “izquierda” en la generación del conflicto. Un centro de propaganda y censura en el que solo tendrán cabida las interpretaciones que obtengan el beneplácito de un gobierno que tiene la intención de permanecer mil años en el poder.
Vayan calentando que pronto saldrán!
Qué pesadilla…! Con la falta de monjes en otros monasterios y empeñados en quedarse en éste.Si sólo llevan 66 años!Si lo comparamos con los siglos de permanencia de la mayoría es un suspiro, pero le tienen apego al franquismo y al facherío.