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Daniel Ortega acentúa su represión a la Iglesia católica

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Nicaragua, una nación históricamente ligada a su fe católica, sufre desde hace tiempo el régimen autoritario de Daniel Ortega. La intolerancia religiosa ha alcanzado niveles alarmantes, manifestándose a través de acciones represivas que atentan contra la libertad de culto y la dignidad humana.

El cierre del Museo San Juan Pablo II en Managua en 2023 marca un punto doloroso en esta historia.

Este museo, erigido para honrar la memoria de un papa tan querido, fue desmantelado y reemplazado por un centro cultural destinado, en la práctica, al entretenimiento personal de los hijos de la pareja presidencial.

La indignación es aún mayor al considerar que los ornamentos sagrados del museo permanecen en el limbo, sin claridad sobre su destino.

Este acto no solo denota desprecio por las creencias religiosas, sino que también subraya un patrón de despotismo que ha asolado las instituciones culturales y religiosas del país.

No es un hecho aislado

La eliminación del museo no es un evento aislado, sino parte de un contexto más amplio de deterioro de las relaciones con la Iglesia Católica y la persecución despiadada hacia sacerdotes y fieles.

El segundo hecho, aún más chocante, es el uso deliberado de los atrios de iglesias para eventos profanos, como combates de boxeo, al mismo tiempo que se celebran las misas. Estas acciones son estratégicas y deliberadas y buscan perturbar y desestabilizar la devoción religiosa de los nicaragüenses.

Persecución

El informe del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más es desgarrador. Se detallan detenciones arbitrarias, actos de estigmatización, y la expulsión y desnacionalización de religiosos, incluidos obispos. Más de 300 nicaragüenses, incluidos 22 religiosos, han sido acusados de traición sin fundamentos claros.

El hostigamiento a las órdenes religiosas y la clausura de ONGs cristianas reflejan una política sistemática para sofocar la influencia de la fe en la esfera pública.

Nicaragua, una tierra rica en tradiciones católicas, ahora vive una dura realidad.

La fe, en lugar de ser celebrada y respetada, se enfrenta a una maquinaria de opresión que busca extinguirla.

La fe y la libertad religiosa son derechos inalienables que ningún régimen autoritario puede arrebatar impunemente.

La fe y la libertad religiosa son derechos inalienables que ningún régimen autoritario puede arrebatar impunemente. Share on X

 

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