En los últimos días, relevantes medios de comunicación como ABC, El Mundo, El Confidencial y El Debate se han hecho eco de la noticia de los “encapuchados” relacionada con Miguel Angel Rodriguez, director del Gabinete de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.
Rodríguez, ha denunciado en varios medios que periodistas “encapuchados” de elDiario.es trataron de asaltar la vivienda de Díaz Ayuso. Además, Miguel Ángel ha acusado a otros periodistas de El País de intentar atemorizar a unos vecinos para intentar acceder a la vivienda de la Presidenta. De ser ciertos los hechos publicados, serían cuanto menos inquietantes.
Objeto de sospecha
ElDiario.es, es popularmente conocido por sus ataques anticatólicos, su marcada inclinación hacia la extrema izquierda y su ferviente apoyo al gobierno sanchista. Por tanto, su trayectoria periodística hace que de forma natural se ponga en entredicho su veracidad periodística. Sus publicaciones o movimientos, han sido objeto de sospecha de propaganda ideológica. Para empezar ElDiario.es ocultó a sus lectores la financiación recibida de Soros o fue acusado de publicar falsedades de un ex asesor del PP. Además, Gonzalo Boye, quien fuera columnista y secretario del consejo de administración del medio, fue condenado a 14 años de cárcel por su participación en un secuestro cometido por ETA en 1988.
Turbadoras sentencias
Ignacio Escolar, director de ElDiario.es, capitanea un periódico que la Justicia ha condenado en varias ocasiones por faltar a la verdad así como por negar el preceptivo derecho de rectificación. Consecuencia de ello son las condenas como la de vulnerar el honor del exministro Wert o no rectificar falsas noticias sobre los Franco y Meirás. Estas turbadoras sentencias, lamentablemente socavan la confianza del medio.
Toda esta cadena de escándalos mina la credibilidad de un medio con tendencias extremistas, que ataca a quienes discrepan de sus ideologías. Este tipo de prácticas polarizan la sociedad y destruyen la democracia. Es necesario abogar por un periodismo riguroso y eliminar el sensacionalismo que algunos medios, como ElDiario.es, perpetúan.