En un acto de verdadero ataque a la libertad de expresión, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha retirado la palabra al concejal de Vox, Liberto Senderos, durante un debate sobre la lucha contra el abuso sexual infantil. Senderos, al usar su tiempo de intervención, señaló lo que considera una estigmatización desproporcionada hacia la Iglesia Católica en comparación con otros colectivos y al afirmar la relación entre homosexualidad y pederastia.
“Los datos de pederastia en la Iglesia están manipulados y los protocolos que aplica son los más duros con los abusadores. Mientras, colectivos como el de los políticos, educadores u homosexuales, con porcentajes reales, por lo menos iguales, si no mayores, no son portada de medios de comunicación”, afirmó Senderos, destacando un enfoque que considera más equitativo de la lacra social que constituyen los abusos sexuales a menores.
Esta afirmación de Senderos se ve confirmada con la reciente polémica que envuelve al Informe de los casos de abusos sexuales en la Iglesia católica del Defensor del Pueblo, cuyo contenido se ha demostrado sesgado al descubrirse un caso falso fabricado que se había construido por personas externas al proceso, tal y como informó ForumLibertas.
El informe de El País y el Defensor del Pueblo hace aguas: se descubre un caso falso fabricado
La declaración del concejal de Vox que relacionaba homosexualidad y pederastia provocó la rápida reacción de Collboni, quien acusó a Senderos de «tipificar a todos los homosexuales de algo». Senderos replicó: “No, no, señor alcalde, no he hecho eso en ningún momento. Yo he hablado de colectivo. Lo que he dicho está grabado. Lo que está dicho, está dicho. Yo no he dicho nada que no haya tenido que haber dicho”. A pesar de esta aclaración, Collboni le retiró la palabra y levantó la sesión.
Este incidente genera un debate sobre la manera que tiene cierta izquierda política de imponer una visión única y totalitaria y un pensamiento único sobre temas que les incomoda. los límites de la libertad de expresión y el papel de las autoridades en la moderación de discursos públicos.
La acción de Collboni es una censura feroz y una restricción indebida de la libertad de expresión, especialmente en un tema tan sensible como es la protección de los menores frente al abuso sexual.
Cabe recordar que la Iglesia está siendo estigmatizada por encima de otros colectivos sobre el impacto de los casos de abusos sexuales a menores en la sociedad, que en otros sectores de la sociedad también existe esta lacra que debe ser erradicada en defensa de los niños, y que precisamente la Iglesia es una de las instituciones de la sociedad que menor impacto tiene esta lacra y que cuando la tiene se trata de un impacto de pederastia homosexual, no heterosexual
La polémica sigue abierta, y se plantea una pregunta fundamental: ¿Dónde se traza la línea entre la moderación necesaria y la censura indebida en el debate público?
1 Comentario. Dejar nuevo
“Collboni acusó a Senderos de «tipificar a todos los homosexuales de algo».
La acusación de Collboni es falsa, puesto que Senderos habla de porcentajes relativos. Teniendo en cuenta, además, que lo que dice es cierto, la reacción de Collboni quitándole la palabra, después de intimarle a rectificar, es un caso claro de abuso de poder y prevaricación. Collboni, por muy alcalde que sea, no tiene ningún derecho a cerrarle la boca a un concejal mientras éste ejerce su derecho a la libertad de expresión en un Pleno, tanto menos que, lejos de insultar a nadie, se estaba expresando con la misma corrección que cualquier otro de los concejales a quienes Collboni ha dejado hablar sin cortapisas.
Una vez más, queda en evidencia que vivimos bajo un régimen de tiranía ideológica, de lo más sesgada y burda, que coarta el uso de la libertad personal que nos permitiría acercarnos, entre todos, a la verdad de cada cuestión.