En un reciente y emotivo pronunciamiento, el Papa Francisco ha expresado su apoyo a la familia de Indi Gregory, una niña británica de ocho meses que sufre de una rara enfermedad mitocondrial.
La Santa Sede, a través de su portavoz Matteo Bruni, ha comunicado este sábado que el Pontífice «abraza a la familia de la pequeña Indi Gregory, a su padre y a su madre, reza por ellos y por ella, y dirige su pensamiento a todos los niños que en estas mismas horas en todo el mundo viven con dolor o arriesgan su vida a causa de la enfermedad y de la guerra».
La situación de Indi se ha tornado crítica después de que el Tribunal Superior de Londres negara la posibilidad de su traslado a Italia para recibir tratamiento en el Hospital Infantil Bambino Gesù, a pesar de haber recibido la ciudadanía italiana y de la disposición del hospital para acogerla. Esta decisión ha generado un intenso debate sobre los derechos de los padres y el rol del Estado en la toma de decisiones médicas críticas.
El Papa Francisco, conocido por sus intervenciones en casos similares, ha puesto en relieve la importancia de respetar la dignidad de los enfermos y la libertad de conciencia de sus familiares.
En sus palabras durante el Regina Coeli del 15 de abril de 2018, señaló: «Son situaciones delicadas, muy dolorosas y complejas. Oramos para que cada enfermo sea respetado en su dignidad y tratado de manera adecuada a su condición, con el acuerdo de los familiares, médicos y los trabajadores de la salud con gran respeto por la vida».
Este caso ha reavivado preocupaciones sobre el potencial autoritarismo de los estados que deciden sobre la vida de los ciudadanos, especialmente de los menores, por encima de la voluntad de los padres.
El Papa ha enfatizado la primacía de Dios como «el único dueño de la vida, desde el inicio al final natural», y la necesidad de proteger la vida en todas sus etapas y condiciones.
Indi Gregory, actualmente en el Queen’s Medical Centre de Nottingham y próxima a ser trasladada a un hospicio para enfermos terminales, se ha convertido en un símbolo de la lucha por los derechos parentales y la libertad de elección en circunstancias de vida o muerte.
La posición del Papa Francisco subraya un fuerte mensaje contra las tendencias totalitarias en los estados modernos y reafirma la necesidad de respetar la autonomía de las familias en decisiones tan profundamente personales y dolorosas.