En un evento que antecede a la inauguración de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, el Papa Francisco enfatizó la importancia del silencio y el don de la escucha en la vida de los creyentes, la Iglesia y la unidad de los cristianos.
Durante la vigilia ecuménica de oración “#Together2023” celebrada el 30 de septiembre en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre señaló: “Nuestro silencio no ha sido vacío, sino un momento lleno de espera y de disponibilidad. En un mundo lleno de ruido ya no estamos acostumbrados al silencio, es más, a veces nos cuesta soportarlo, porque nos pone delante de nosotros mismos. Y, sin embargo, esto constituye la base de la palabra y de la vida.”
La vigilia, que contó con la participación de aproximadamente 18.000 miembros del Santo Pueblo Fiel de Dios, fue propuesta por el Hermano Aloïs, prior de la comunidad monástica de carácter ecuménico Taizé, en octubre de 2021. La idea era celebrar un “gran encuentro ecuménico” que incluyera testimonios, cantos, representaciones bíblicas, gestos simbólicos e instantes de profunda meditación.
En su discurso, Francisco reflexionó sobre el silencio en la vida de la Iglesia y dijo que “hace posible una comunicación fraterna, en la que el Espíritu Santo armoniza los puntos de vista”. Expresó que ser sinodales significa acoger y escuchar a todos, y el silencio permite ese discernimiento. “Pidamos, pues, al Espíritu el don de la escucha para los participantes en el Sínodo”, pidió.
El Papa concluyó exhortando a la unidad entre cristianos, enfatizando que esta crece en silencio. Pidió que la comunidad orara para aprender a valorar nuevamente el silencio y escuchar la voz de Dios, así como que el Sínodo fuese un momento de fraternidad y purificación. Recordó el próximo aniversario del Concilio de Nicea y motivó a todos a adorar unidos y en silencio el misterio de Dios hecho hombre.
Este llamado resalta especialmente ahora que la Iglesia experimenta cambios significativos en su estructura con la reciente incorporación de nuevos cardenales, incluyendo prominentes figuras españolas, que ahora forman parte del Colegio Cardenalicio. Estos cambios enriquecen y diversifican la representatividad dentro del Colegio, subrayando una vez más el mensaje de unidad del Papa Francisco.