El Cardenal Raymond Burke, Prefecto Emérito de la Signatura Apostólica de Estados Unidos, recordando el genocidio armenio perpetrado por el imperio turco otomano entre 1915 y 1923, subrayó la importancia de no repetir la historia y permanecer en silencio ante la persecución que actualmente enfrentan los armenios en Nagorno Karabaj, también conocido como Artsaj.
El Cardenal Burke, ha emitido una enérgica declaración en la que insta a la comunidad internacional a no permanecer en silencio y tomar medidas frente a la persecución y el sufrimiento que los armenios enfrentan en Nagorno Karabaj. Los armenios representan la comunidad cristiana más antigua del mundo.
Desde diciembre de 2022, aproximadamente 120.000 armenios en la región han estado bajo asedio por parte de Azerbaiyán. La situación se ha agravado en los últimos dos meses, con la única ruta de acceso, la carretera de Lachin, bloqueada por las fuerzas azerbaiyanas. Esta acción ha dejado a la comunidad sin suministros básicos y en una situación de riesgo crítico.
A pesar de las acusaciones de contrabando dirigidas a la Cruz Roja por Azerbaiyán, la organización humanitaria ha negado tales afirmaciones. Sin embargo, el presidente de Artsaj, Arayik Harutyunyan, ha denunciado lo que califica de «limpieza étnica» llevada a cabo por las fuerzas de Azerbaiyán.
La respuesta internacional ha sido mixta. Mientras Rusia, que históricamente ha protegido a los armenios, ha limitado su mediación debido a sus lazos más estrechos con Turquía (aliado de Azerbaiyán), Armenia ha buscado apoyo en otros actores internacionales. En un movimiento significativo, Armenia ha anunciado maniobras militares conjuntas con Estados Unidos.
El Cardenal Burke, haciendo énfasis en la importancia histórica y religiosa de Armenia como la primera nación cristiana, ha instado a la comunidad internacional a unirse en oración y acción. Su mensaje claro es que el mundo no puede simplemente quedarse al margen mientras se perpetra otra tragedia contra el pueblo armenio.
El conflicto entre Armenia y Azerbaiyán, que tiene sus raíces en disputas territoriales y étnicas que se remontan a décadas, se intensificó en 2020 con una guerra en la que Azerbaiyán, apoyado por Turquía, logró recuperar territorios, incluyendo la histórica ciudad de Shusha y la Catedral de San Salvador.
El llamado del Cardenal Burke es un recordatorio de que, mientras las tensiones geopolíticas continúan, son las vidas de las personas comunes las que se ven afectadas y requieren el apoyo y la intervención de la comunidad global.