La Iglesia beatificará a la primera persona no nacida. Entre los nueve mártires que serán beatificados en Polonia el próximo 10 de septiembre también hay un niño «por nacer». Lo que hace que el acontecimiento sea excepcional es que involucra a toda una unidad familiar: padre, madre y siete hijos (uno de los cuales, de hecho, estaba todavía en el útero en el momento del martirio). ¿Su culpa?, tener judíos escondidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Los hechos sucedieron en Markowa, un pueblo del sureste de Polonia. Ahí vivía la familia Ulma, formada por el padre Josef (44 años) y la madre Wiktoria (32 años), de cuya unión nacieron Stasia (7 años), Basia (6), Wladziu (5), Franio (4), Antos (3) y Marysua (2). Pronto se les uniría un séptimo hijo. Es 1944, durante la Segunda Guerra Mundial que para Polonia significó la ocupación por parte del ejército nazi y la represión total de los judíos.
En Markowa vivían muchas familias judías y varias familias católicas decidieron, arriesgando sus vidas, esconderlos. Una elección que también hicieron Josef y Wiktoria, que abrieron su casa a ocho personas, entre ellas menores. Al fin y al cabo, para el matrimonio Ulma la parábola del buen samaritano era un estilo de vida válido para todo buen cristiano como ellos.
Probablemente una denuncia de quienes habían elegido posicionarse con los nazis provocó el cerco de su casa el 24 de marzo de 1944 y el asesinato inmediato de los ocho judíos escondidos en el ático. Entonces hubo que dar una lección a la población, por lo que sacaron a Josef y Wiktoria de la casa y los mataron delante de sus hijos. Pero la crueldad humana no cesó y por eso los seis niños también fueron asesinados. La frase que uno de los asesinos respondió a la pregunta del alcalde de la ciudad, convocado para enterrar a las víctimas, fue escalofriante: «Para que tú y tu pueblo no tengáis problemas con ellos».
Una masacre siempre es impactante, pero cuando entre las víctimas -judíos y católicos- hay niños, todo se vuelve aún más doloroso. No es casualidad que Don Pawel Rytel-Andrianik y Manuela Tulli titularan su libro También mataron a los niños. Los Ulma, la familia mártir que ayudó a los judíos, (Uccisero anche i bambini. Gli Ulma, la famiglia martire che aiutò gli ebrei, en italiano) publicado por Edizioni Ares (152 páginas). Una historia que permite al lector conocer la vida de Josef y Wiktoria antes del dramático final. Y también para comprender cómo católicos y judíos convivieron pacíficamente en Polonia, especialmente en las pequeñas zonas rurales, gracias también a la historia de los otros «ocho mártires judíos» que perdieron la vida.
Se beatificará a la primera persona no nacida
Lo que hace aún más extraordinaria esta historia -y en consecuencia el libro- es la decisión relativa a la beatificación (prevista para el próximo 10 de septiembre) del séptimo hijo de Ulma, que aún no había nacido en el momento de la masacre. Un tema delicado, que durante la causa de beatificación fue sometido a un largo análisis a partir de los testimonios recogidos a lo largo del tiempo.
Quienes tuvieron que cavar la fosa común y colocar en su interior los cuerpos de las víctimas confirmaron que Wiktoria estaba embarazada cuando murió. Unos días más tarde, los familiares de Ulma, arriesgando también sus vidas, decidieron exhumar los cuerpos y al menos colocarlos en ataúdes. Fue en esta ocasión que se pudo observar que el feto había salido parcialmente de la madre después de la masacre. Entonces el bebé nació de la madre moribunda, sin sobrevivir ella misma. Para él hablamos del «Bautismo de sangre», aquel derramado por su madre que fue asesinada por odio a la fe. Un mártir anónimo, pero verdaderamente un mártir de un odio que se extendió por Europa durante muchos años: el antisemitismo y la eliminación de cualquiera que ayudara a los judíos.
De ellos también habló hace unos días el Papa Francisco en su saludo a los fieles polacos presentes en la audiencia general. “Que el ejemplo de esta heroica familia, que sacrificó su vida para salvar a los judíos perseguidos, os ayude a comprender que la santidad y los gestos heroicos se alcanzan a través de la fidelidad en las pequeñas cosas cotidianas”, dijo el Papa.
El libro coescrito por Don Pawel Rytel-Andrianik y Manuela Tulli adentra al lector en esta historia, proporcionándole el escenario en el que se formó y desarrolló, restaurando también un rostro que permaneció oculto durante mucho tiempo de la Polonia que intentó resistir no sólo contra el invasor nazi (en este caso, sin olvidar al soviético en la parte oriental), sino también contra la ley de inhumanidad que los ocupantes quisieron imponer.
Josef y Wiktoria, junto con sus 7 hijos, muestran una familia que quería anteponer la defensa de la vida de los demás por encima de todo, incluso ante peligros objetivos. Se podría pensar que en su elección el matrimonio Ulma se preguntó si, al verse en situación de persecución, qué esperarían para sus hijos. Dieron la respuesta con valentía.
5 Comentarios. Dejar nuevo
Preciosa historia. Que la luz perpetua brille para esa familia en el Cielo.
Se fiel hasta la muerte y te dare la corona de la vida.
Que historia tan maravillosa y heroica! Es algo que vale mucho la pena darla a conocer.
Que maravillosa es nuestra Fe! 🙏❤️
A ver. Perder un bebé antes de nacer o aun habiendo nacido, pero en ninguno de los dos casos está bautizado, dice la Doctrina y enseña el Magisterio de la Iglesia que no se puede entrar en el cielo sin el bautismo. Hay que estar bautizado y sin pecado mortal y si hay pecado venial o deudas que reparar para eso está el purgatorio. Aunque Francisco haya abolido el limbo, eso es como los revolucionarios de la Convención francesa que declararon que Dios no existe. El limbo existe. Y es un lugar donde están las almas muertas sin pecado personal y no bautizadas. Están en un estado de felicidad natural y no han conocido a Dios y no han tenido la oportunidad personal de adherirse o rechazar a Cristo. Se supone que al final del mundo, cuando solo haya cielo o infierno, estas almas tendrán esa oportunidad. Por lo tanto, un alma no bautizada tiene el pecado original y en consecuencia es imposible su santidad y eso significa que no está en el cielo. Por lo que respecta al bautismo de deseo, éste es un debate teológico todavía abierto. La teología tradicional habla de que ese bautismo recae sobre la persona que lo desea y muere sin bautizar y no sobre otros. Pero modernamente hay una línea teológica que sostiene que ese deseo también puede actuar sobre otra persona de tal menara que una madre puede desear el bautismo para su hijo y éste morir antes. Esta última hipótesis conlleva muchos problemas teológicos no resueltos. Así que lo más seguro es adherirse a la fe (doctrina) de siempre. Pero bueno. Ya sabemos que hoy, en la Iglesia Católica encabezada por el papa Francisco, todo es posible.
Existe lo que se llama bautismo simbólico, en el que se bautiza el alma del bebé poniéndole nombre y queda bautizado. Fuí ministro de la comunión por 15 años y mi párroco Monseñor Ballester en Puerto Rico así nos enseñó, para que las almas de los niños puedan acceder a la presencia del Señor. Pero también hay misterios que uno no conoce. Dios es omnisciente, omnipresente y omnipotente. Si Él dice, si Él quiere…Él hace. Es su palabra. Nadie puede objetar aún si la doctrina de la iglesia lo dice. «Lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo.Lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.» Esto incluye la beatificación de un bebé que nació después que enterraron a su madre. Esto indica que el bebé estaba vivo al momento de nacer en la fosa pq tuvo que moverse para poder salir. Su mamá no pudo hacerlo. Dios sabía de esta polémica que se daría años después. Por eso los desenterraron para colocarlos en ataúdes y poder testificar el nacimiento del bebé. No podemos condenar lo que la misericordia de Dios ya exaltó: su heroísmo y su corona en el cielo.
Ese bebé está bautizado con el llamado bautismo de sangre. Y este tipo de bautismo ha existido siempre, no es un invento de la Iglesia del Papa Francisco.
Y en cuanto al limbo la teología tiene muy claro el cielo, el infierno y el purgatorio, como dogmas de fe. Sin embargo en cuanto al limbo siempre ha habido controversias, o diversas corrientes sin caer en herejías.