En el corazón de Sants, ha estallado una ola de protestas y manifestaciones tras la inauguración del nuevo tanatorio en Barcelona a cargo de la empresa Proxima Serveis Funeraris, que cuenta con el visto bueno del Ayuntamiento de Barcelona. Este complejo se encuentra en una zona que antiguamente albergaba un ‘Happy Parc’ y que está rodeado de pistas de baloncesto y mesas de pingpong, pero ahora será escenario de duelos y despedidas.
Este episodio revela la falta de respeto que la sociedad Occidental está experimentando alrededor de la muerte y del tránsito al más allá. Lo que ha provocado un considerable descontento es la ubicación peculiar del tanatorio, que se encuentra en la misma zona de entretenimiento, generando inquietud entre los residentes. La Plataforma Stop Tanatori, un colectivo vecinal, ha denunciado que el barrio tiene otras necesidades y que la introducción de este servicio funerario en su corazón rompe la paz y armonía de la comunidad.
Desde una perspectiva católica, el respeto a un momento tan crucial en la vida de una persona como su traspaso y la despedida de sus seres queridos alrededor del oficio religioso son fundamentales, y la situación carece de los niveles de reverencia y solemnidad alrededor de los rituales religiosos de despedida. Esta decisión de ubicar un tanatorio frente a instalaciones recreativas parece desconsiderada y revela una falta de respeto por los difuntos y sus familias.
Trasiego de féretros en la vía púbica
Más aún, las quejas de los vecinos se vieron intensificadas con el trasiego de ataúdes por la vía pública de este nuevo tanatorio en Barcelona. Al parecer, la calle Puigarrí, muy estrecha y ubicada junto al tanatorio, ha tenido que lidiar con la descarga de féretros a plena luz del día y a la vista de todos, añadiendo tensión y malestar a la ya convulsionada atmósfera.
El miembro de la Plataforma Stop Tanatori, Carlos Fernández, insistió: “No estamos en contra de los servicios funerarios ni tanatorios, sino de su ubicación, que no tiene justificación alguna”. Alega que la ciudad ya cuenta con 87 salas funerarias con una ocupación del 70%, por lo que este nuevo tanatorio parece más una intrusión innecesaria que una necesidad.
La Plataforma Stop Tanatori ha interpuesto demandas legales en un intento de frenar la apertura del tanatorio, argumentando que no cumple con las normativas modificadas en 2017 por el Ayuntamiento respecto a la apertura de nuevos equipamientos de servicios funerarios.
La tensión entre los vecinos y la funeraria sigue en aumento, a medida que la empresa sigue adelante con sus operaciones a pesar de las fuertes objeciones. Todo este escenario refuerza la necesidad de un diálogo más efectivo y respetuoso entre las empresas de servicios funerarios, los gobiernos locales y las comunidades, teniendo en cuenta no solo las necesidades económicas, sino también el impacto en el tejido social y el respeto por los ritos funerarios de la muerte.
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