Roald Dahl, el autor de James Bond Ian Fleming y las obras de Agatha Christie… La creciente tendencia de la corrección política y la cultura de la cancelación ha alcanzado también la adaptación teatral de La vida de Brian, que está siendo preparada por John Cleese para su estreno el próximo año.
Esta icónica comedia cinematográfica de los Monty Python, conocida por su humor irreverente, sátira, surrealismo y absurdo, ha sobrevivido desde su creación en 1979 a los ataques de aquellos que se escandalizaban por sus chistes y parodias. Sin embargo, ahora se enfrenta a la ideología de género y a aquellos que desafían la definición biológica de los sexos, optando por una identidad basada en cómo se sienten en lugar de su biología.
En una escena de La vida de Brian, el personaje de Stan (interpretado por Eric Idle) informa a los miembros del Frente Popular de Judea que desea ser una mujer y ser llamado Loretta, argumentando que «todo hombre tiene derecho a tener hijos si así lo desea». Aunque estas palabras fueron formuladas hace más de cuatro décadas, hoy en día encontrarían simpatizantes en ciertos sectores políticos autodenominados progresistas.
Lo que podría denominarse «censura identitaria», centrada principalmente en cuestiones de género y raza, ha ganado tanta fuerza en la industria del entretenimiento que algunos actores involucrados en la adaptación teatral de la película de Monty Python han expresado a Cleese su ofensa e inaceptabilidad respecto a la escena en la que Stan desea convertirse en Loretta. Parece que hay una diferencia entre burlarse de la religión y hacer bromas sobre hombres que se identifican y sienten como mujeres (o viceversa).
En el ámbito cultural británico, el poder de este grupo de presión es tan grande que la escritora J.K. Rowling ha sido acusada de transfobia en las redes sociales por defender el sexo biológico y ridiculizar un artículo que utilizaba el término «personas que menstrúan» en lugar de «mujeres».
En la misma línea, el sistema sanitario británico ha optado por referirse a «personas que dan a luz» en lugar de «madres», lo cual agradaría al personaje de La vida de Brian. Al mismo tiempo, universidades y museos se desvinculan de los aspectos coloniales e imperiales… es el totalitarismo de lo políticamente correcto.
En la película, el personaje interpretado por Cleese responde al hombre que quiere tener hijos explicándole que le resultará difícil debido a la falta de un útero. Sin embargo, el Frente Popular de Judea defiende su derecho a dar a luz como un «símbolo de nuestra lucha contra la opresión», aunque en la práctica sea imposible.
El actor ha expresado su malestar ante las presiones para eliminar esta escena, aunque no ha confirmado si finalmente se mantendrá o no, simplemente ha señalado que habrá cambios en la adaptación teatral.
La vida de Brian fue criticada en su momento por ser considerada «blasfema» desde una perspectiva religiosa y eclesiástica, e incluso fue inicialmente prohibida en Irlanda. Sin embargo, logró sobrevivir, ¿lo hará a la dictadura de la cancelación?
El actor ha expresado su malestar ante las presiones para eliminar esta escena, aunque no ha confirmado si finalmente se mantendrá o no, simplemente ha señalado que habrá cambios en la adaptación teatral Share on X
1 Comentario. Dejar nuevo
Los canceladores son menos. Los no-canceladores son más. El ingreso de las empresas producido por canceladores es menos. El ingreso de las empresas producido por no-canceladores es más. Pero las empresas ceden ante la presión de los que son menos.
¿Explicación? Pusilanimidad.
De modo que lo extendido de la anticultura de la cancelación se debe más a la pusilanimidad de los empresarios que a la presión de los canceladores.