El FBI espió a católicos estadounidenses, según una filtración

Los feligreses católicos estadounidenses fueron espiados por agentes gubernamentales encubiertos, según reveló la documentación filtrada.

Al menos un agente encubierto de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) recibió el encargo de recopilar pruebas en secreto que podrían vincular a los católicos con «el movimiento nacionalista de extrema derecha», según ha escuchado un comité del gobierno de Estados Unidos.

El FBI se centró en particular en los católicos que estaban interesados en la misa tradicional en latín como el grupo dentro de la Iglesia supuestamente más propenso a simpatizar con las actividades extremistas violentas.

Los documentos también muestran, sin embargo, que el FBI planeó no solo infiltrarse en organizaciones tradicionalistas irregulares como la Sociedad de San Pío X, sino también en la Iglesia mayoritaria.

Los agentes también planeaban participar en actividades de divulgación para las «parroquias católicas principales» y el «liderazgo diocesano», según muestra un documento de 18 páginas.

Al menos un agente fue enviado a espiar a los católicos estadounidenses que adoraban en iglesias y capillas en el área de Richmond en Virginia.

Las revelaciones fueron hechas por el representante Jim Jordan, R-Ohio, quien preside el Subcomité de la Cámara sobre Armamento del Gobierno Federal.

En respuesta a su investigación, según informa Catholic Herald, el FBI entregó a su comité un documento censurado que revela información limitada sobre las operaciones de espionaje de la agencia sobre los católicos.

El comité solicitó la divulgación después de la filtración de un memorando interno del 23 de enero de la división de Richmond del FBI que solicitaba tales operaciones contra las comunidades católicas tradicionalistas, según la Agencia Católica de Noticias.

El memorando, llamado «El interés de los extremistas violentos motivados racial o étnicamente en la ideología católica radical-tradicionalista presenta casi con certeza nuevas oportunidades de mitigación«, llevó a Jordan a citar al FBI para obtener la documentación completa junto con otros detalles de las actividades en grupos religiosos por parte de la agencia. .

“Ahora sabemos que el FBI se basó en al menos un agente encubierto para producir su análisis”, dijo Jordan en una carta al director del FBI, Christopher Wray, cuando solicitó una divulgación completa.

Dijo que el documento también reveló que la agencia tenía la intención de utilizar las organizaciones religiosas locales como «nuevas vías para el desarrollo de fuentes y cables trampa».

Jordan dijo que el documento fue revisado y aprobado por dos analistas de inteligencia sénior y el abogado jefe de la división local del FBI.

En su testimonio ante el Comité Selecto de Inteligencia del Senado, Wray dijo que el memorando filtrado de la división de Richmond de la oficina no reflejaba los exigentes estándares del FBI y dijo que estaba «horrorizado» cuando se enteró. “No llevamos a cabo investigaciones basadas en afiliaciones o prácticas religiosas, punto final”, dijo Wray de manera consistente.

“Ahora también hemos ordenado a nuestra división de inspección que observe cómo sucedió esto y trate de descubrir cómo podemos asegurarnos de que algo así no vuelva a suceder”, agregó.

Jordan dijo, sin embargo, que las operaciones de espionaje del FBI contra la Iglesia católica no solo eran «impactantes», sino que refuerzan «la necesidad del comité de que todo el material del FBI responda a nuestra solicitud».

“Los documentos producidos hasta la fecha muestran cómo el FBI buscó reclutar lugares de culto católicos como fuentes potenciales para monitorear e informar sobre sus feligreses”, dijo en una carta al Sr. Wray.

“Los estadounidenses asisten a la iglesia para adorar y congregarse para su mejoramiento espiritual y personal. Deben ser libres de ejercer sus derechos fundamentales de la Primera Enmienda sin preocuparse de que el FBI pueda haber plantado las llamadas fuentes de ‘cable trampa’ u otros informantes en sus lugares de culto”, prosigue.

Dijo que el comité seguía sin estar «claro» sobre «cuántos empleados del FBI exploraron ‘nuevas vías para el desarrollo de cables trampa y fuentes’ en los lugares de culto católicos de todo el país como resultado del documento de Richmond del FBI».

Una declaración del FBI dada a la Agencia Católica de Noticias dijo que la agencia “reconoce la importancia de la supervisión del Congreso y sigue totalmente comprometida a cooperar con las solicitudes de supervisión del Congreso de conformidad con sus responsabilidades constitucionales y estatutarias”.

Afirmaba: “El FBI está trabajando activamente para responder a las solicitudes de información del Congreso, incluida la producción voluntaria de documentos”.

En febrero, el gobernador de Virginia, Glenn Youngkin, exigió total transparencia del FBI sobre sus operaciones de espionaje contra los católicos y el fiscal general de Virginia, Jason Miyares, firmó una carta con otros 19 fiscales generales estatales en la que solicitaba que el FBI proporcionara todos los documentos relacionados con el memorando.

El obispo Barry Knestout de Richmond también criticó al FBI por espiar a los católicos: “Personas de todos los grupos religiosos han encontrado durante mucho tiempo refugio en las protecciones constitucionales de nuestra gran nación».

Monseñor Knestout dijo, “Todos buscamos compartir el regalo de Dios de la vida, disfrutar los frutos de la libertad que ofrece nuestra nación y ayudarnos unos a otros para asegurar el bien común”.