Este domingo, 12 de marzo, tuvo lugar la multitudinaria marcha ‘Sí a la Vida 2023‘ en el que unas 50 mil personas clamaron en favor de la vida desde su concepción a su final natural y contra las leyes de muerte que está promoviendo a través de su ideología totalitarista el Ejecutivo del presidente socialista pedro Sánchez.
Bajo ese contexto, entrevistamos al presidente de la Fundación Educatio Servanda, Juan Carlos Corvera, una de las organizaciones convocantes y que leyó parte del manifiesto de la convocatoria, para que nos aporte su visión.
La Marcha Sí a la vida es una convocatoria ya tradicional que reúne a organizaciones y personas de diverso signo unidas por la defensa de la vida. ¿Qué diferencia esta convocatoria de 2023 de las anteriores?
La fiesta de la Vida tiene un formato ya muy definido desde hace años. Es una manifestación consolidada que cada vez atrae a más gente. Sin embargo, desde hace ya algunos años llama poderosamente la atención la enorme y creciente afluencia de jóvenes.
«Ha sido impactante escuchar en directo por la megafonía el latido fetal, el sonido de la vida en el vientre de su madre»
Las diferencias se centran más en los actos concretos que ocurren en la parte final, sobre el escenario. Este año ha habido un momento muy impactante. Mientras se guardaba un minuto de silencio por todas las vidas abortadas y por sus madres, se practicaba una ecografía en directo donde se podía escuchar por la potente megafonía el latido fetal, el sonido de la vida en el vientre de su madre.
La aprobación de la Ley de la eutanasia y la nueva Ley del aborto, y la sentencia que rechaza el recurso del PP contra la anterior Ley del aborto hacen pensar que la cultura de la muerte está ganando la partida en España. ¿Cómo valora esta situación?
Es una inmensa contradicción que cada vez esté más presente un nuevo paradigma ecológico que, por ejemplo, aprueba la Ley de Protección Animal y sigamos profundizando en leyes que desprotegen cada vez más al niño que vive en el vientre de su madre. ¿Tiene algún sentido que los llamados “perrhijos” tengan más derechos que los hijos ya concebidos?
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo constató recientemente el giro ideológico de su partido en la defensa de la vida. Cada vez quedan menos partidos que defiendan sin fisuras esta cuestión. ¿Por qué cree que apenas existen opciones reales de voto para un ciudadano pro vida? ¿Qué solución propone?
No estoy seguro de que esas declaraciones del Sr. Feijoo constituyan un giro dentro del PP. Como referías en tu anterior pregunta, si bien presentaron un recurso ante el Tribunal Constitucional al aprobarse la anterior Ley del Aborto, no han tenido ninguna voluntad de resolverlo durante 13 años cuando tenían mayoría en el TC para hacerlo, más bien revela que pudo tratarse de una maniobra de distracción. Cuando han cambiado las mayorías en el Alto Tribunal y ha habido voluntad política, se ha resuelto en pocos días. Esa es la diferencia.
«No podemos decir que el Partido Popular esté en contra del aborto»
Teniendo en cuenta que hay concejales, diputados y senadores del Partido Popular que muy valientemente siempre han defendido la vida, como el senador por Cantabria Javier Puente y otros, no podemos decir que el Partido Popular esté en contra del aborto. En el panorama político actual, Vox es el único partido con representación parlamentaria que defiende claramente la vida como posición de partido.
Un ciudadano anónimo, que considera que la defensa de la vida desde su concepción hasta su fin natural, ¿qué puede hacer para contribuir a la proyección de esta defensa?
Mucho. Mientras queden personas que defendamos la vida en nuestras familias, trabajos, instituciones, comunidades de vecinos, universidades, colegios, institutos… en definitiva, mientras que la vida tenga portavoces, la batalla por la vida no está perdida. Es perfectamente posible que, con el tiempo, el aborto sea residual, aunque las leyes actuales permanezcan intactas. Las leyes regulan los actos de las personas pero no tienen capacidad de cambiar sus conciencias.
«La batalla del lenguaje es la gran batalla. Tenemos que contrarrestar los neologismos ideológicos»
La cuestión del lenguaje, de los eufemismos que construyen las ideologías que pretenden inocular nuevas ideas en la sociedad, está muy extendida con un neolenguaje ideologizado que introduce conceptos como «muerte digna», «interrupción voluntaria del embarazo», «maternidad subrogada». ¿Cómo valora esta cuestión?
La batalla del lenguaje es la gran batalla. Cada palabra nos traslada a un marco de referencia concreto porque las palabras preconfiguran las ideas. En este sentido tenemos que contrarrestar los neologismos ideológicos. La del lenguaje es sin duda una batalla, incruenta pero de fondo, que se combate de dos maneras, la primera desenmascarando su verdadera identidad y la segunda generando neologismos que vayan en el sentido contrario.
Un buen ejemplo de esto es no hablar de “maternidad subrogada” sino utilizar el término “vientres de alquiler”.
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Juan Carlos Corvera: “¿Tiene algún sentido que los llamados “perrhijos” tengan más derechos que los hijos ya concebidos?”
Sí, un sentido muy claro: los derechos de los hijos ya concebidos son inversamente proporcionales a los derechos de los perrhijos. Es decir, cuantos más derechos se les dan a las mascotas que viven en el hogar, más derechos se les niegan a los seres humanos que viven en el seno de su madre. Este sentido se fundamenta en la ideología de Peter Singer, un intelectual que reflexiona tan poco como para considerar que un perro adulto es más valioso que un bebé humano. Este señor no ha tenido en cuenta el corolario que implica esta valoración suya, a saber, que una ameba es más valiosa que él, porque al menos la ameba no suelta barbaridades dañinas.
Juan Carlos Corvera: “Es perfectamente posible que, con el tiempo, el aborto sea residual, aunque las leyes actuales permanezcan intactas. Las leyes regulan los actos de las personas pero no tienen capacidad de cambiar sus conciencias.”
Es posible, pero no probable. Porque las leyes tienen un efecto ético sobre la mentalidad social, de manera que lo que es legal se considera bueno y si las circunstancias lo aconsejan incluso obligatorio. Mientras las leyes actuales no se modifiquen, el aborto seguirá valorándose, no solo como un derecho, sino como un deber en el caso de embarazos indeseados por la razón que sea. La ley del aborto de 2010 ha cambiado la conciencia de las personas de una forma tan drástica que el aborto se ve, en general, como una intervención médica sobre el cuerpo de las mujeres, sin que la destrucción del cuerpo del hijo se tenga en cuenta para nada, como si no existiese.
Juan Carlos Corvera: “La batalla del lenguaje es la gran batalla. Cada palabra nos traslada a un marco de referencia concreto porque las palabras preconfiguran las ideas. En este sentido tenemos que contrarrestar los neologismos ideológicos. La del lenguaje es sin duda una batalla, incruenta pero de fondo, que se combate de dos maneras, la primera desenmascarando su verdadera identidad y la segunda generando neologismos que vayan en el sentido contrario.”
Muy bien dicho. En las cuestiones del aborto y la eutanasia el lenguaje lo es todo, porque las palabras no solo conforman o deforman una realidad, sino que le insuflan un valor moral. El llamar “interrupción voluntaria del embarazo” al aborto, además de escamotear una realidad terrible, como es la aniquilación de un ser humano, envuelve dicho acto con una cobertura de bondad moral.
Me han parecido muy interesantes tus reflexiones y acepto tu argumentación en la segunda de las preguntas que extraes del artículo. Es así. Sin embargo, estoy seguro de que con el tiempo, quizá siglos, la Verdad se abrirá camino y hablemos de esta barbarie con la vergüenza con la que hoy hablamos de otras barbaries históricas.
No hay soluciones desde lo humano, para parar la barbarie que se está instalando en la sociedad.
Solo la vuelta a Dios nos puede ayudar.