Ha sido el día del Domund y en la 2 pude ver un documental sobre religiosas en Bolivia. La Iglesia católica realiza en el mundo una labor sin parangón con ninguna otra institución pública y privada. No sólo se ocupan en España de los más pobres y marginados, sino que viajan a lugares inaccesibles donde se encuentran las personas más necesitadas con la misión de transmitir la Fe y ayudarles a conseguir una vida mejor a nivel físico y espiritual.
Estos sacerdotes y monjas empiezan por renunciar a tener una familia, una profesión, unas aficiones propias, para poner toda su vida a disposición de las personas de su parroquia, de su labor de oración y las labores que les correspondan en la enseñanza, en la salud o según sea su carisma. Pero incluso van más allá y algunos se marchan a misiones, renunciando así a las comodidades más básicas como puedan ser, agua caliente, calefacción, un techo confortable o comida nutritiva.
Además, habitualmente viven en lugares insalubres, donde existen enfermedades endémicas; o situaciones peligrosas por la actividad del gobierno o de las guerrillas. Incluso rodeados de la animadversión de personas con otros credos, que desconfían de ellos. Y todo lo hacen por amor a Dios y al prójimo. Mientras, nosotros en el mundo desarrollado no vamos a misa por pereza y algunos incluso desprecian a los religiosos, cuando no les llegan a la suela de las sandalias.
Esta Iglesia es la que tenemos que defender y no quedarnos solamente en los altos cargos del Vaticano, que son las cabezas visibles. Por detrás, en el anonimato están miles de sacerdotes y monjas que realizan su labor sin descanso ni gratificaciones mundanas. Como los curas rurales, que cada día recorren cientos de kilómetros para que no les falta el apoyo espiritual a los ancianos de los pueblos olvidados de España.
La Iglesia católica realiza en el mundo una labor sin parangón con ninguna otra institución pública y privada Share on X