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Núñez Feijóo entre el interés general y las “batallas ideológicas»: a ver si nos aclaramos

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Núñez Feijóo, ha sido entrevistado por la revista Esquire y a dibujado con claridad lo que podemos esperar de él, y no es nada bueno:

Lo que tiene que haber en política es más gente dedicada a identificar y defender los intereses generales y menos a supuestas batallas ideológicas

En estas pocas líneas está resumido su punto de vista. Pero ¿qué son los intereses generales y quién los define? La defensa de la vida y la dignidad humana, el derecho de los padres a la educación moral y religiosa de sus hijos, el pleno ejercicio de la patria potestad sin intromisiones ni recortes del estado, el ejercicio a la libertada de conciencia, las políticas de familia y natalidad homologables con Europa, el reconocimiento de que solo existe un tipo de familia que aporta todos los beneficios de esta institución a la sociedad y  ha de ser reconocido y compensado. Todo esto, ¿responde al interés general, o son “ batallas ideológicas»?

Que los cuidados paliativos lleguen al 100 por cien de la población, que la eutanasia y el suicidio asistido es un mal, como el aborto, porque representa el fracaso de la sociedad ante la vida y su dignidad y debe ser corregido. La necesidad de acabar con la terrible situación del sistema de dependencia, la urgencia de dotar a los enfermos de enfermedades totalmente invalidantes, ELA, esclerosis múltiple, Alzheimer, demencia senil entre otras, de los medios de acuerdo con sus necesidades humanas,¿ forma parte o no del interés general?

La legislación que coarta derechos y su práctica pública debido a las creencias de cada uno, o que otorga privilegios a otros debido a su modo de vida, como los homosexuales, confundiendo la dignidad y el respeto como el privilegio, como sucedía con la aristocracia del antiguo régimen. ¿Esto ha de ser abordado desde el interés general o descartado como “batallas ideológicas”.

Pero, ¿Qué es una “batalla ideológica» para el dirigente del PP?  ¿El fundamentalismo aplicado a la bajada de impuestos, la aceptación ciega del actual e injusto cupo vasco (subrayo, cupo, no me refiero al concierto y a la foralidad), la negativa a tratar de una financiación autonómica que corrija los territorios mal financiados? y por eso no lo aborda.

Rajoy ya nos ofreció su idea de lo que eran batallas sin sentido, y aceptó y asentó toda la legislación de Rodríguez Zapatero, sin modificar una coma. ¿Esto es lo que nos anticipa el nuevo líder popular?

Y cuando pasa a concretar, el panorama se ensombrece todavía más, como en el caso paradigmático del aborto, el signo axial de la ruptura con  la tradición cultural Occidental y símbolo máximo de la sociedad desvinculada.

Abortar es una decisión muy complicada, muy difícil. Y hemos de respetar a la gente que toma esa decisión. Y también hemos de ayudarla en el caso de que no quieran tomarla. Hemos de facilitar que, si alguien tiene un problema, por ejemplo, económico, que le ha empujado a decidir abortar, el problema deje de existir. El tema económico no puede ser nunca un factor desencadenante de esa decisión. Dicho eso, el posicionamiento más honesto ante la opción de abortar es el del respeto”.

El uso de la palabra respeto no corresponde a un programa político específico, sino que es una condición humana que debe ser común a todos, y eso Feijóo debería saberlo, a no ser que lo emplee como una vía de escape verbal.

La cuestión no es esta, no es la del respeto a la mujer que quiere abortar, porque toda persona por el hecho de serlo es merecedora del mismo, sino de cuál es su punto de vista sobre el hecho de matar al que ha de nacer, el “nasciturus”; el aborto.

El líder popular debería recordar que la segunda  y la actual ley del aborto españolas son abiertamente anticonstitucionales, porque la primera y única vez que el Tribunal Constitucional dictó una sentencia fue sobre la primera ley. No prohibió el aborto, pero sí reconoció los derechos del que ha de nacer, el “nasciturus“, que las leyes posteriores ignoran.  Y esto no es constitucional. También introdujo límites al aborto por razones del malformación del feto, que han sido ignoradas.

Es un escándalo constitucional que explica porque el Tribunal Constitucional, después de 12 años, todavía no ha resuelto el recurso sobre la segunda ley. Como escandaloso es que el PP no se acuerde de que ambos recursos son suyos, y suyas son sus razones. Y también llama a escándalo que ante este incumplimiento del Tribunal Constitucional  haya permanecido inane, cuando se declara guardián fiel de la Constitución… solo para lo que le interesa. ¿Esto pertenece al interés general o es una guerra ideológica más, señor Núñez Feijóo?

Puede ser que el dirigente del PP en realidad confunda el interés general con aquello que le da votos al PP sin demasiadas contrapartidas, y defina como “batalla ideológica” a aquello que teme- equivocadamente o no- que no le de votos. Si es así éticamente ¿en qué se diferencia de Sánchez?

Vamos a hablar y concretar mucho de todo esto a partir de ahora y en la perspectiva de las elecciones  autonómicas del mayo próximo, y a situar sus palabras y pedir a sus candidatos precisiones sobre ellas.

El uso de la palabra respeto no corresponde a un programa político específico, sino que es una condición humana que debe ser común a todos, y eso Feijóo debería saberlo, a no ser que lo emplee como una vía de escape verbal Share on X

 

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2 Comentarios. Dejar nuevo

  • Lamentablemente, esa es una de las preguntas clave dirigible al señor Feijóo: en qué se diferencia del actual presidente.
    No pondré en duda su capacidad de gestión al frente del gobierno en Galicia; pero, amigo, gobernar para toda España es una misión mucho más ardua y compleja. La «batalla cultural» (aborto, uniones homosexuales, eutanasia, leyes LGTBI, ley Trans, cambio climático, leyes sobre los animales, leyes de memoria histórica o democrática…) no será dada por Feijóo y su equipo, porque son conscientes de la deriva por la que discurre buena parte de la sociedad y, además de no arriesgarse a perder cientos de miles de votos, los cerebros de su partido carecen de escrúpulos y de la formación ética suficiente como para haber entendido con claridad que la espiral de degradación moral inducida por leyes abyectas no hace y no hará sino aumentar el sufrimiento general, las visitas a psiquiatras, los suicidios, la insatisfacción, el desasosiego, el individualismo, la frustración, etc.

    De fondo, los obispos, que sacan notas o magníficos documentos reprobatorios de esas leyes inicuas, (pero que solo leemos unos cuantos), y poco más. En las homilías de las misas dominicales no se oyen más que vaguedades: nada sobre aberraciones como ser madre soltera por elección, adopción de hijos por parejas homosexuales, nada de la necesidad de acudir al confesionario para comulgar en gracia, nada del drama que viven miles de divorciados y sus hijos, nada sobre la mortandad «consentida» de mayores en residencias en el primer confinamiento, nada sobre la industria pornográfica y sus demoledores efectos, etc.

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  • Excelente análisis!

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