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Apuntes sobre lo efímero de la vida política

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En el vasto campo de lo opinable se enmarcan estas reflexiones personales que de ninguna manera pretenden sentar cátedra o convencer a nadie de mi diagnóstico. Vaya pues por delante el respeto que me merece toda persona que no coincida con mi análisis.

Y es que el mundo de la política es realmente efímero y cambiante, a nivel estatal y también a nivel particular en Catalunya. Hace pocas semanas –por deméritos propios- parecía que el Partido Popular se hundía, o cuanto menos, se sumergía en una profunda crisis de identidad. Se cumplía literalmente el dicho de que en política tus adversarios son los miembros de los otros partidos políticos, pero tus enemigos son los de tu propio partido.

Los sondeos de opinión anunciaban un retroceso espectacular en intención de voto. El PP se hundía por momentos. El sentido común y una eficaz negociación de los pesos pesados del partido logró dar un giro de 180 grados a esa perspectiva política. La elección de Feijóo como nuevo presidente del partido –y, claramente, como futuro presidenciable en las próximas elecciones generales- ha logrado “resucitar” lo que parecía medio difunto. Los más recientes sondeos así lo certifican. Así de efímera es la política.

En Catalunya, Ciudadanos, que fue el partido más votado en las penúltimas elecciones autonómicas, está in articulo mortis; y en el resto de España, agonizando. Y también por deméritos propios. Así de efímera es la política, y en este caso, a mi juicio, sin ninguna posibilidad de revertir su situación.

Ahora, en el Partido Popular, se habla de centrar el partido. Sibilina expresión equívoca. ¿Qué se quiere decir?

Seguramente, aspirando a ser partido de gobierno, se plantea la estrategia de arañar potencial electorado socialista no radical, desengañado de la deriva de un PSOE esclavo de los comunistas de Podemos y de los independentistas catalanes y vascos; y, sobre todo, intentar diferenciarse de VOX y no dar la imagen pedigüeña de una derecha poco europea, anacrónica y prácticamente antidemocrática según los parámetros al uso. Mi sospecha, sin embargo, me lleva a preguntarme si ese intento de “centrar” el PP no significará simplemente ceder en el propio ideario de origen del Partido Popular –fundamentado en los valores del humanismo cristiano- y en aras de un espíritu “progresista” y el afán pragmático de arañar votos “liberales”, presentar un Partido Popular más light en lo social, aunque sea traicionando sus valores de origen, y de esta manera permitirle el acceso al poder.

Haría bien el PP –en mi modesta opinión- en preguntarse: ¿Por qué nació, por qué existe VOX? No nos engañemos, VOX nació por culpa del PP, en momentos de crisis por casos de corrupción ya conocidos (no tantos como los del PSOE, por cierto), pero fundamentalmente por la indefinición y cobardía a la hora de defender valores trascendentales en la concepción cristiana del hombre y de la sociedad, que estaban, en un principio, en el ADN del Partido Popular. Un tanto por ciento muy elevado del electorado de VOX proviene de personas que antes votaban al Partido Popular y que se han sentido defraudados, desalentados o incluso traicionados. Y, atención, VOX ha venido para quedarse. No como el caso de Ciudadanos. Así de efímera es la política.

No olvidemos que en las próximas elecciones generales el Partido Popular necesitará de VOX si quiere obtener la mayoría necesaria y llegar al gobierno de la nación. Y en estos momentos –según los datos de la demoscopia- quien en realidad está creciendo es precisamente VOX. El PP tendrá que reflexionar…

Los sondeos de opinión anunciaban un retroceso espectacular en intención de voto. El PP se hundía por momentos. El sentido común y una eficaz negociación de los pesos pesados del partido logró dar un giro de 180 grados Share on X

 

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2 Comentarios. Dejar nuevo

  • J. Messerschmidt
    28 marzo, 2022 19:45

    Muy cierto. En general en todos los partidos predomina la inconsecuencia con respecto a sus postulados fundamentales, sobre todo cuando están en condiciones de alcanzar el poder o ya lo han logrado. El Partido Popular es un muy buen ejemplo, pero también los demás caen en los mismos vicios. Al final, el panorama político es un mosaico de opciones incoloras más o menos intercambiables. La causa no es sólo el oportunismo electoral, sino también la impotencia de una política que cada vez más es un dócil instrumento de enormes poderes fácticos (sobre todo económicos, pero también ideológicos) carentes de toda legitimidad política. La consecuencia a largo plazo más peligrosa es la frustración, la decepción, el desinterés y la «abdicación» de toda responsabilidad política por parte de los ciudadanos. Al margen de las posiciones ideológicas de Vox, está por ver durante cuánto tiempo este partido mantendrá sus características sin «desteñirse» y acabar siendo sólo una variante más de esa especie de «partido único» que se va imponiendo un poco por todas partes desde hace años.

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  • Rovira Martín
    9 abril, 2022 01:09

    Por desgracia en España hay dos democracias.
    La democracia Concursal (en tiempo de elecciones, cual dice la mentira más gorda)
    La democracia Dictatorial (todos ganan, y lo que has votado afín a tus modelos políticos, no sirven para nada.
    Hay que ir a votar, para dar memoria a las mujeres que dieron su vida, por poder votar, pero de la manera que nos toman el pelo, hay que votar nulo, si todos hiciéramos lo mismo, los fracasados de la vida social, se lo pensarían dos veces.

    Responder

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