Parece que exista una ley histórica que haga que todos los rebotados del gobierno Sánchez acaben encontrando acogida en Cataluña. Ha pasado con Pablo Iglesias, que se ha refugiado como profesor de la UOC a tiempo parcial y como tertuliano en RAC1 del Grupo Godó, y de una forma más espectacular sucede con Iván Redondo, el gurú de Sánchez hasta su defenestración, que dispone cada lunes de la plataforma de una página entera en La Vanguardia.
Hay que decir que había unas notables dosis de morbo para conocer qué podía escribir una persona que ha estado en en las entrañas del gobierno, que ha dispuesto de grandes poderes más allá de la asesoría áulica de Sánchez y que venía precedido de la fama de persona con una gran visión de la vida política.
Ahora, después de un buen número de páginas escritas, ya se puede extraer un patrón que es extraordinariamente reiterativo, y que cada vez se acerca más a un relato ficcionado de un análisis político riguroso.
Sus artículos semanales se caracterizan por los siguientes perfiles sistemáticos:
- El autoelogio. Es imprescindible que cada artículo reitere la bondad de sus conocimientos y diagnósticos, y critique a quienes innominadamente no lo ven así.
- La pedantería, el lenguaje con pretensiones científicas que utiliza. La superioridad desde la que pretende hablar hasta el extremo de usar habitualmente el singular majestático, la antigua fórmula en la que hablaban los papas.
- Hacer la pelota. Si el primer artículo se destacó, y era lógico, por los cepillados al personal de La Vanguardia, en los artículos posteriores se reubican en un continuado halago a Yolanda Díaz primero, y después, asociada a ésta, al propio Sánchez. Ahora sublima todo el planteamiento, afirmando que la nueva solución de éxito, el «laborismo» tiene una «matria» que es Yolanda Díaz, si bien el padre (aquí no habla de patria) del laborismo en España es, como no podía ser de otro modo, Pedro Sánchez, que resulta que ya desde 2018 sacaba adelante este proyecto. Una curiosa afirmación si se recuerda las idas y venidas que acabaron petando en unas elecciones, su rechazo a pactar con UP. Pero, para Iván Redondo la realidad no importa, lo importante es resaltar, por eso formula sin ningún tipo de complejo, que la generación de Sánchez ha superado los marcos de la social democracia de González y Zapatero.
- El uso inmoderado de adjetivaciones insólitas. Por ejemplo “electorado progresista apoya a una socialdemocracia de izquierdas laborista”. Éste es el nuevo caballo blanco que ha descubierto Redondo. Una social democracia que es de izquierdas y además es laborista. Más es imposible.
- Nos descubre nuevos horizontes también sin demasiado respeto por la realidad. Por ejemplo, ahora declara que este fin de año Ada Colau ha renacido electoralmente y vincula ese despegue a su relación con Yolanda Díaz. Lo que no dice es que todo esto arranca de la malograda encuesta municipal que otorga una mínima victoria a Colau, tras consultar los cuestionarios con una muestra en la que los votantes de la alcaldesa estaban desmesuradamente sobrerrepresentados. El renacimiento de Colau sólo opera en la imaginación de Redondo. Y acudiendo a la misma encuesta, y a pesar del sesgo, se puede constatar que ella y su gobierno son los peor valorados de toda la serie de encuestas municipales que se remontan al período de Clos.
También nos descubre que la contrarreforma laboral, que ha quedado muy por debajo de una adecuada valoración a la altura de los tiempos que vivimos, la califica de » ley de leyes de la izquierda«. ¡Hombre!, quizás exagera un poco. Reducir por ejemplo la temporalidad sobre el papel está bien, pero hacerlo sin contemplar la estructura productiva del país marcada por la microempresa y con un sector agrario con necesidades específicas, es sin duda un calificativo exagerado.
Pero allí donde el análisis de Redondo brilla con mayor capacidad innovadora, es cuando afirma que quienes apoyan el acuerdo porque consideran que cambia poco la reforma del PP llevada a cabo por la ministra Fátima Ibáñez, en realidad lo que quieren es «aniquilar el laborismo en España». Razonamiento que conduce a la conclusión de que la oposición frontal del PP sea una mirada del nuevo laborismo que tiene como padre y madre a Sánchez y a Díaz. No nos negarán que Iván Redondo original lo es, y mucho.
No nos negarán que Iván Redondo original lo es, y mucho. Share on X