Marco Buschmann, miembro del partido liberal alemán y ministro federal de justicia designado (previsiblemente tomará posesión del cargo la próxima semana) ha anunciado su intención de suprimir a la máxima brevedad posible el parágrafo 219a del Código Penal alemán, que prohíbe a médicos y clínicas, todo tipo de publicidad de su oferta de «interrupciones del embarazo».
El futuro ministro fundamenta su propósito aduciendo que en internet se difunde libremente toda clase de teorías conspiratorias, mientras que «precisamente quienes tienen competencia profesional para ofrecer de modo seguro interrupciones del embarazo deben temer la visita del fiscal cuando informan sobre su trabajo».
En declaraciones anteriores Marco Buschmann, casado y padre de dos hijos, ha afirmado ser católico, si bien ha recalcado también que la religión es un «asunto privado» y que su actividad política no está determinada por su fe.
Tanto desde el episcopado católico como desde la alta jerarquía evangélica-luterana la decisión del nuevo ministro ha sido criticada. De hecho, los planes de actuación de la nueva coalición de gobierno entre socialistas, verdes y liberales en temas «de género» suponen simplemente una continuación y una radicalización de la política ya llevada a cabo por Angela Merkel y sus ministros en los últimos dieciséis años.
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¡Qué pocas luces tiene usted, con perdón!