El diario “El País” parece que está empeñado en una campaña que consiste en decir a los obispos españoles lo que tienen que hacer ante los casos de pederastia.
A propósito del reciente informe de la Iglesia en Francia, este diario se ha permitido calificar de “insostenible la actitud de la jerarquía española”, afirmando que “se resiste a reconocer su responsabilidad directa por los daños causados”. El colmo del despropósito argumental llega al afirmar que la actitud de la Conferencia Episcopal ha sido siempre “tan negacionista como obstruccionista”, acusándola de no cumplir lo que pide el Papa Francisco.
Los datos certifican lo contrario de lo que dice este medio, que subordina la verdad a la ideología y a los prejuicios.
Desde el año 2002 la Conferencia Episcopal Española y las Congregaciones religiosas se han empeñado a fondo en cambiar la legislación canónica, en la renovación de los protocolos y entornos seguros para menores, en la constitución de oficinas diocesanas de ayuda a las víctimas, y de investigación de cada caso que sea conocido.
Quizás el problema radique en que los intentos de este periódico de crear una situación de pánico social en torno a la Iglesia no terminan de dar el fruto esperado.