Es increíble lo que estamos contemplando y nos está ocurriendo con esas estrategias políticas que se están realizando en nuestro país, con el único objetivo de perpetuarse algunos políticos en ese trabajo lleno de privilegios, prebendas y aforamientos, en vez de realizar la función que se les encomendó por los votantes, para poder servir a ellos y a las necesidades de la nación; sobre todo en este momento de angustia y desesperanza ante la situación ocasionada por la pandemia.
Los negocios cierran, el paro aumenta de manera exponencial, las familias piden ayuda y las colas del hambre continúan en crecida, no dando abasto parroquias, banco de alimentos, asociaciones de barrios y otras muchas instituciones e infinidad de particulares, que con su solidaridad diaria frenan esta catástrofe en la que estamos sumidos.
Estamos hartos de parodias y mentiras en nuestro parlamento, de algaradas callejeras apoyadas por partidos que integran la representación popular, que en vez de buscar la armonía, el respeto y el entendimiento, incitan para destruir la convivencia y sobre todo para originar división, destrucción y ruina para todos. Ahítos de que no nos enseñen la realidad en la que vivimos y nos transmitan en la mayoría de los medios de comunicación, asuntos e historias que no vienen a cuento, con el único objetivo de manipular a la ciudadanía y no explicar la realidad de lo que ocurre en cada rincón de nuestra geografía.
Esa división encarnizada de los españoles que fomentan algunos, como guerra civilista, asemejando a nuestra triste y fratricida guerra civil 1936-39, que hace 82 años que pasó. Es tremendo que consintamos estas actitudes y, nuestros políticos fomenten, exacerben los ánimos de todos, utilizando insultos bajos y ruines, en vez de tranquilizar y moderar el ambiente…necesitamos construir puentes, todos juntos, para la recuperación de España, de lo contrario solo aparecerá paro, ruina y desolación.
Acabo con unas palabras del primer ministro italiano Mario Draghi que pronunció en el Senado el pasado mes de febrero, después de haber formado un gobierno de unidad nacional:
«El principal deber al que todos estamos llamados, yo mismo como primer ministro, es luchar contra la pandemia con todos los medios y salvaguardar las vidas de nuestros conciudadanos. Una trinchera donde peleamos todos juntos. El virus es el enemigo de todos». «Tenemos, como les sucedió a los gobiernos de la posguerra, la posibilidad, o más bien la responsabilidad, de iniciar una nueva reconstrucción. Italia se recuperó del desastre de la Segunda Guerra Mundial con orgullo y determinación y sentó las bases de un milagro económico gracias a las inversiones y el trabajo. En la confianza mutua, en la hermandad nacional, en la búsqueda de una redención cívica y moral. En aquella colaboraron fuerzas políticas ideológicamente distantes si no opuestas. Estoy seguro de que también en esta nueva reconstrucción todos darán su contribución, aun con distintos roles e identidades»
Ojalá aquí tomemos nota y sigamos el ejemplo del pueblo italiano.
Estamos hartos de parodias y mentiras en nuestro parlamento, de algaradas callejeras apoyadas por partidos que integran la representación popular Share on X