El estudio lo ha realizado la propia Tavistock, la clínica de género del Servicio de Salud bitánico y constata que los niños a los que se les administraron bloqueadores de la pubertad experimentaron un retraso en el crecimiento y una disminución de la densidad ósea.
El estudio, publicado en el portal de investigación científica Plos One, analiza los efectos en adolescentes con disforia de género grave y persistente a los que se les suministran bloquedores de hormonas desde la pubertad temprana/media con el objetivo de retrasar los cambios corporales puberales irreversibles y no deseados.
El estudio analiza, entre otros parámetros, el contenido mineral óseo y la densidad mineral ósea, y ambos resultan afectados negativamente. Estas alteraciones afectan también negativamente al crecimiento.
Aunque el estudio señala que se necesitan estudios más amplios y a más largo plazo, no cabe duda de que los tratamientos hormonales para la supresión de la pubertad tienen impacto en la salud.