El Templo expiatorio de la Sagrada Familia planea finalizar este año 2021 la torre de María, la segunda más alta después de la de Jesús.
Esto es posible, tras reiniciar las obras del templo, que se paralizaron el pasado mes de marzo, un día antes de la declaración del estado de alarma como consecuencia de la pandemia del Covid-19.
Los trabajos de construcción han sufrido un duro revés y el calendario que fijaba el 2026 para acabar el templo ha tenido que ser modificado.
Aún así, la voluntad de la Junta Constructora de la Sagrada Familia es de reiniciar a partir de esta semana las obras para finalizar este mismo año la torre de María. Una estructura de 138 metros de altura coronada con una estrella que se iluminará de día y de noche.
El perfil de Barcelona cambiará a lo largo de este año para situar la Sagrada Familia entre uno de los edificios más altos de la ciudad a la espera, sin fecha de momento, de alcanzar los 172,5 metros de altura cuando se construya la torre de Jesús. Será entonces cuando la basílica se convierta en el edificio más alto de la capital catalana.
El de María es el pináculo que está más avanzado de todos y, por eso, se optó por concentrar todos los recursos económicos y esfuerzos en él.
Los trabajos que se reemprenden comportarán la instalación del último nivel de paneles de esta torre, tal y como informa La Vanguardia. Unas grandes piezas que se empezaron a fabricar a primeros de octubre en los terrenos de Galera, en el municipio de Gaià (Bages), donde se construyen de forma remota los elementos de piedra postensada que luego se trasladan a la obra para encajarlos in situ como si se tratase de un gran mecano.
Cuando se paralizaron los trabajos, la torre se quedó a 112,85 metros de altura. El arquitecto jefe de la Sagrada Família, Jordi Faulí, explica que para construir la torre este año se destinarán tres millones de euros que se han reservado y que provienen de donaciones que permitirán finalizar la estructura.
Los ingresos de la basílica se han visto muy mermados por el cierre a las visitas y la caída en picado del turismo a causa de la pandemia.
Este año las visitas que se han hecho han sido en su mayor parte gratuitas y sólo durante unos pocos meses para agradecer a los sanitarios su labor y también para homenajear la actitud responsable de los barceloneses durante el confinamiento estricto.
La concentración de los trabajos a lo largo del año permitirá que en el mes de diciembre la estrella de 7,5 metros que parece estar flotando en la cúspide de la torre empiece a brillar en el techo provisional de la Sagrada Familia. Antes, sin embargo, se deberá colocar el último nivel de paneles y empezar a construir la corona de piedra.
Se trata de una estructura de seis metros que contiene doce estrellas de forja. El relieve de esta gran pieza tiene motivos romboidales de tonos blancos, dorados y amarillos que componen una M abstracta de María.
En la parte superior y coronando la torre se está fabricando estos días el dodecaedro estrellado con una estructura de acero inoxidable.
Tendrá aspecto de hierro forjado y dispondrá de todos los mecanismos necesarios para resistir los impactos de los rayos. De día los vidrios estarán iluminados por los rayos del sol y de noche se distinguirán las puntas de la estrella, señala el arquitecto jefe de la Sagrada Família.