Tres estudios recientes de ámbitos universitarios diferentes señalan que la luz ultravioleta lejana, que es segura para los seres humanos pero mortal para los virus, podría contribuir a reducir los contagios, exterminándolos de entornos cerrados, que es el lugar donde el SARS-CoV-2 se hace más peligroso. Hospitales, escuelas, estaciones, transporte público, aeropuertos, aviones, etc. podrían ser mucho más seguros con este tipo de luz. Concretamente, un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia, otro de la Universidad de Boston y de la compañía Signify y un tercero de la Universidad de Hiroshima determinan que este tipo de luz es eficaz para liquidar el virus.
Concretamente, el trabajo de los expertos de este último estudio muestra que el 99,7% de un cultivo viral de este coronavirus habría muerto después de 30 segundos de exposición. La luz ultravioleta utilizada, la UVC, tiene una longitud de onda de 222 nanómetros y es adecuada porque no puede penetrar la capa externa del ojo y la piel de las personas, a diferencia de la ultravioleta de 254 nm. que sí es nociva para los tejidos humanos. Esto sería aplicable no solo para el SARS-CoV-2, sino para cualquier tipo de virus, también los de la gripe y del sarampión. Es decir, tendría una amplia aplicación en la prevención de enfermedades. El hecho de que la radiación sea efectiva en muy pocos segundos, 30 como mucho, permite un uso continuado e intermitente de la radiación que todavía hace más adecuada su utilización.
Dado que el convencimiento científico generalizado es que la Covid-19, vacuna incluida, permanecerá presente en nosotros durante mucho, mucho tiempo, parece lógico que las autoridades se planteen con urgencia pasar del ámbito universitario al de su aplicación empresarial, de la misma manera que en su momento se produjo con la implantación de la luz eléctrica, aunque ahora sería mucho más fácil.
Las estrategias que permite este tipo de solución son múltiples y, si se confirma su efectividad, y parece que es así, aquí hay un arma poderosa para recuperar un funcionamiento más normalizado.
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