Si una enfermedad es crónica la medicación también lo es. Si la enfermedad tiene calibre hospitalario de médico especialista, la medicación recetada se administra en la farmacia hospitalaria. Farmacia adscrita al Hospital de zona que atiende al paciente en consultas externas crónicas fijas de médico especialista siempre el mismo. A veces el propio domicilio del paciente radica al lado del hospital de zona de su zona. A veces hay un trecho andando o de desplazamiento en transporte urbano público. Y en otras veces este desplazamiento es interurbano a otra población distinta de la propia de residencia.
Por ejemplo, hará en breve 12 años mi hospital de zona dejó de estar a unos 500 metros de mi domicilio. Es famoso en noticieros televisivos actuales que hablan de la pandemia. El periodista de turno se coloca en la calle Villarroel esquina Rosellón de Barcelona. Se sitúa enfrente de la parada del metro línea V antes de la parada de taxis. Creo que en el lado izquierdo de la calle Rosellón antes de cruzar Villarroel. De este modo el telespectador ve la fachada principal de acceso al Hospital Clínico o Clínic. No me lo ha dicho nadie. Lo veo yo por la tele. Me entran recuerdos de 28 años consecutivos de barrio.
Pacientes con medicación crónica hay muchos en distintas enfermedades. Desplazarse a cierta edad es un palo. En según qué casos el paciente, tenga la edad que tenga, no está para trotes de desplazamientos. En mi caso es una distracción matinal de día laborable. Desde hace unos años por citación escrita para un día determinado a una hora determinada. Hoy me tocaba. Yo prefiero acudir siempre a primera hora. Hoy he practicado una “trampa”. En vez de acceder a las 11:35 programada he accedido a las 10:35, siendo puntual 5 minutos antes como siempre. He salido de la farmacia hospitalaria con la medicación. He respirado un poco antes de coger el TGC de 1 zona de regreso a mi hogar. En los bares no es obligatorio el bozal para desayunar. Antes no he podido. He empalmado mi asistencia a misa de 9 am con el TGC de ida.
Hace días que espero este momento para redactar y publicar. De nada sirve solicitar por partida doble (mía y de mi farmacéutico) la distribución de mi medicación crónica en su farmacia y mía habitual. Durante el tiempo estricto pandémico viral antes de vacaciones, esta distribución tuvo lugar directamente en mi domicilio en dos ocasiones. Considero que dejar al margen a los farmacéuticos es un craso error. Un reparto en furgoneta hospitalaria a distintas farmacias de distintas poblaciones facilitaría mucho las cosas a muchos pacientes. El asunto éste del Covid-19 es una ocasión perfecta para facilitar las cosas rectificando en todo el territorio estatal. Todo es cuestión de probar qué tal funciona.
En mi caso es torturante colocarme el bozal farmacéutico bien colocado en el transporte público de tren FGC, pues no tengo más remedio que sacarme mis gafas graduadas. Es preferible no llevarlas colocadas que visceralmente empañadas. Enviaré link por WhatsApp a mi farmacéutico habitual. Enviaré link por correo electrónico a la @ oficial de la farmacia hospitalaria. También sms al móvil hospitalario de mi neurólogo. ¿De qué informaré? De este artículo de denuncia en tono positivo. Es una aportación de mejora ciudadana. ¡La mía!
Ilustro con foto de mi medicación. No exactamente. Ésta es la original francesa.
3 Comentarios. Dejar nuevo
Sienta mejor la pastilla diaria francesa que la autoinyección de interferone beta USA en dias alternos.
Desde el prisma de control neurológico la visita programada es semestral con analítica semestral. La petición para analítica y visita del segundo semestre en mayo 2020 tuvo lugar el 10-12-2019. La pandemia no estava prevista. ¿Para cuándo la siguiente analítica y para cuando la próxima visita semestral de 15 minutos? El único control es mi constancia en la ingestión de pastilla diaria de teriflunomida.
La última visita real física con mi neurólogo en diciembre hará un año, al igual que la última analítica. ¡Menos mal que me encuentro bien!