The Global God Divide es el nuevo informe de la Pew Research Foundation sobre religión. La mayoría de nosotros, sin leer una palabra, probablemente adivinaríamos correctamente lo que dice. Los europeos y las personas de los países anglófonos relacionados (Canadá y Australia) son menos religiosos que en cualquier otro lugar. Deja patente la secularización de Europa y de la cultura occidental.
Los países más pobres se preocupan más por Dios que los ricos. Las sociedades más educadas dan menos importancia a la oración que las menos educadas. Los viejos se preocupan más por su relación con Dios que los jóvenes (aunque si eres sueco, las generaciones son igualmente indiferentes). Los musulmanes se preocupan más por la religión que los cristianos (excepto en África, donde son iguales).
Pero son las excepciones nos muestran aspectos interesantes. Además, los informes de Pew, que se basan en un gran universo de encuestados, 38.426 personas en 34 países en 2019, son especialmente sugerentes.
La curiosa pregunta principal de esta encuesta es si la fe en Dios es necesaria para ser moral y tener buenos valores. La mayoría de los católicos de los países occidentales dudarían en estar de acuerdo. La mayoría de los occidentales europeos están familiarizados con los paganos virtuosos, o el equivalente moderno, agnósticos perfectamente agradables que no tienen ninguna iglesia. Probablemente eso ayude a la secularización de Europa.
Si la pregunta fuera si la fe en Dios hizo más probable que amemos a nuestro prójimo, o si la religión nos da una razón para ser buenos, sería otro asunto. Pero la sugerencia de que religión equivale a moralidad siempre provocará una respuesta de rechazo por parte de los encuestados, que se apresuran a señalar ejemplos de personas famosas por su religión cuya conducta no llega a la moral convencional.
No obstante, una minoría significativa de los encuestados en todo el mundo, el 45%, estuvo de acuerdo con la afirmación, posiblemente porque muchos de ellos viven en sociedades donde los ateos reales son una rareza.
Dios, la oración y la secularización de Europa
Siguen preguntas igual de interesantes: ¿es Dios importante en tu vida y la oración es importante en tu vida? (Dios es más importante que la oración).
Varios países concluyeron que Dios era muy importante: Indonesia (98%), Filipinas (92%), Túnez (91%), Brasil (84%), India (77%), Turquía (71%), Líbano (70%), y todos los países africanos encuestados: 93% en Nigeria, 92% en Kenia y 86% en Sudáfrica. Algunos de ellos son predominantemente católicos. Curiosamente, en México la mayoría de las personas no afiliadas a ninguna religión, de ninguna religión en particular, dijeron que Dios era importante para ellos.
En Europa, fue sorprendente la cantidad de personas que dicen que la religión “no es para nada” importante en sus vidas. En algunos países, la República Checa, Francia, los Países Bajos, Suecia y el Reino Unido, es más probable que la gente elija esta opción que cualquier otra.
Pero el panorama no es del todo sombrío. Más de seis de cada 10 encuestados en Grecia, Polonia e Italia dicen que la religión es muy o algo importante en sus vidas. Más personas en Grecia dicen que la religión es al menos algo importante para ellos (80%) que en cualquier otro país europeo, un poco por detrás de Turquía. Son las excepciones de la secularización de Europa.
Mayorías más pequeñas en Alemania, Eslovaquia, Lituania (cada una con un 55%) y Bulgaria (59%) dicen que la religión es al menos algo importante para ellos, aunque en el caso de Alemania parte de eso será atribuible a los musulmanes que son invariablemente más religiosos que otros grupos.
En la ex Unión Soviética ha habido un giro hacia la religión. En Rusia desde 1991 ha habido un aumento del 16 por ciento en el número de personas que consideran importante a Dios -ahora el 56% de las personas lo dice- y hay una tendencia similar en Bulgaria y Ucrania.
Es al menos posible que los 30 años transcurridos desde la caída del comunismo hayan dado tiempo para que la gente recupere su espiritualidad religiosa; ciertamente, el ateísmo no tiene ascendencia para aquellos para quienes fue durante 70 años la ideología del estado.
¿Y qué hay de los griegos, la gran mayoría de los cuales abrazan la religión, quienes todavía, de hecho, ven la religión como parte de su forma de vida? No es posible atribuir su religiosidad al atraso; las dificultades económicas no han hecho que los griegos sean menos educados.
La ortodoxia griega se basa en la vida nacional de una manera que hubiera sido inteligible en Irlanda o Italia hasta hace un par de generaciones. Sigue siendo una identidad predeterminada. En Grecia, la ortodoxia literalmente une a las personas, el significado mismo de la palabra religión. La jerarquía hace poco esfuerzo por comprometerse con la modernidad, pero la iglesia es popular, basada en costumbres y tradiciones colectivas: peregrinaciones, procesiones, santuarios, íconos, ayunos comunes y fiestas que se integran en el patrón de vida.