En los tiempos de Cristina Cifuentes, la política del PP se tornó progresista. Cifuentes promovió como presidente de la Comunidad de Madrid dos normas homosexualistas: una que obligaba a colegios, tanto públicos como privados, a dar clases sobre diversidad sexual que promulga el homosexualismo político. El colegio Juan Pablo II de Alcorcón, pertenece a Educatio Servanda, una organización que no esconde la educación católica que imparte se vio afectado por esa norma.
El director del colegio, quien tuvo que sufrir una campaña de Telemadrid y del lobby gay, escribió una carta a los padres donde les recordaba que les había prometido impartir una educación católica a sus hijos y que no estaba dispuesto a dar la nueva asignatura.
Según informa el portal Hispanidad, Cifuentes consiguió que se le abriera un expediente administrativo al colegio y envió la carta de Carlos Martínez al fiscal “por si fuera constitutivo de delito”. Sorprendentemente, le quería en la cárcel.
El colegio Juan Pablo II impone la lógica
Entonces, la Fiscalía no vio indicio de delitos en la coherencia de Martínez, pero Cifuentes no dejó por ello de arremeter contra el colegio católico. Le abrió expediente administrativo, paso previo a la asfixia económica, con la retirada del concierto.
Ahora, dos años después, la justicia, donde ha acabado el conflicto, da la razón a Educatio Servanda. Lo que significa que un tribunal tumba en sentencia firme la primera sanción por leyes LGTBI en la Comunidad de Madrid.
Si este caso sentase jurisprudencia tanto la libertad de enseñanza como la libertad de prensa no se verían comprometidas.
2 Comentarios. Dejar nuevo
Que bueno saber que se impuso el sentido común y la cordura en esta situación.
¿Y ahora quien recompensa al director y al centro?