(Ara.cat).- «Era espantoso: una sucesión de puertas cerradas, a veces con llave, y personas golpeándolas y suplicante salir. Un horror», denuncia un bombero que trabajó en residencias de ancianos durante el pico de la pandemia, que recoge el informe de Médicos Sin Fronteras (MSF).
Otros testimonios recogidos afirman: «Llamar al hospital y te decían «Lo siento, hoy sólo podemos admitir una persona de residencias, elijan ustedes». Y aún así la ambulancia no venía y moría a las pocas horas o días«, recuerda una trabajadora social de otro centro. «Nos estamos ocupando de atenciones médicas que no habíamos hecho antes y aquí no viene nadie a ayudar: hacemos todo lo que podemos, pero necesitamos alguien que sepa de qué va todo esto», lamenta una directora de una residencia. «Aislamos a todos los residentes en sus habitaciones como nos recomendaban para evitar contagios. Eugenia dejó de comer y de moverse, se pasaba horas delante de la ventana. Tenía miedo de que se dejara morir y empecé a sacarla de la habitación cada día un rato. empezó a comer hasta que un día vinieron los de atención primaria y me dijeron que estaba poniendo a todos en peligro. No tuve más remedio que devolverla a la habitación. Murió a los pocos días. No digo que no habría muerto igualmente, pero tengo claro que no quería pasar por eso», recuerda la responsable de otro geriátrico.
Estos son sólo algunos de los testigos del informe que publica este martes Médicos Sin Fronteras, que en el pico de la pandemia vertió todo su personal de España a apoyar a unas 500 residencias, aportando su experiencia en combatir epidemias en situaciones de desastre humanitario en todo el mundo. El documento es demoledor y acusa a las administraciones de haber abandonado a su suerte estos equipamientos, mientras señala los problemas de fondo del modelo del sistema de geriátricos en España.
«La lógica del modelo de residencias actual responde más a las condiciones del proveedor de servicios que a las necesidades sociales y sanitarias de las personas mayores. Esto ha tenido un grave impacto directo en su salud y mortalidad: se estima que las personas muertas en residencias, hasta 29.359, representan el 69,1% de todos las víctimas por Covid-19 en España, según el ministerio de Sanidad», recuerda la ONG. La respuesta a la pandemia demuestra «la falta de capacidad y asistencia a este colectivo tanto de los servicios de atención primaria como del sistema hospitalario», apunta.
Médicos Sin Fronteras recuerda como en el pico de la pandemia todos los esfuerzos se centraron en paliar la situación de colapso de los servicios de urgencias y las UCI, «llegando al punto de obstaculizar las derivaciones». «Las residencias tuvieron que asumir de facto una responsabilidad para la que no estaban preparadas, ni dotadas ni protegidas, con unas consecuencias desastrosas para residentes, trabajadores y equipos de gestión y un impacto directo en la alta moralidad«.
El resumen del informe Poco, tarde y mal. El desamparo inaceptable de los abuelos durante la Covid-19 en España es que la elevada mortalidad de la pandemia en los geriátricos «revela una desatención a los ancianos debida a graves problemas del modelo de gestión y de la coordinación entre diferentes administraciones y empresas, principalmente con respecto a la asistencia sanitaria: el resultado fue el abandono en las residencias de las personas más vulnerables al Covid-19, las personas mayores, y la desprotección del personal que las cuidaba».
Médicos Sin Fronteras constata lo que ya se sabía: que los residentes afectados por el coronavirus u otras patologías no fueron prioritarios a la hora de derivar a los hospitales ni a otros recursos disponibles y que las residencias se vieron olvidadas a ofrecer unos cuidados por las que, a pesar de su buena voluntad, no estaban preparadas. «Las residencias y sus trabajadores no tienen recursos, infraestructura, formación o responsabilidad para la atención médica y tampoco hubo una respuesta inmediata, adecuada y orientada a salvar vidas coordinada con los servicios asistenciales de salud», explica Ximena di Lollo , responsable de la respuesta a residencias de MSF.
También alerta de la falta de protocolos de cuidados paliativos para las personas en estado terminal, que no fueron trasladadas y se las «dejar morir con un sufrimiento evitable».
La organización hace una serie de recomendaciones básicas para evitar que la historia se repita:
- Que todas las residencias tengan un responsable de prevención y control de infecciones, se preparen protocolos en caso de rebrote y se destinen dinero y formación en este ámbito.
- Que se garanticen reservas de materiales y equipos de protección adaptados a las necesidades de las residencias y se forme el personal en su uso.
- Que se establezca un equilibrio entre aislamiento, cuarentena y convivencia, con flexibilidad en el empleo de los centros para minimizar el impacto del confinamiento en la salud física y mental de los residentes evitando aislamiento «indiscriminados» y que se establezcan mecanismos de apoyo psicosocial para residentes, personal y familiares.
- Un protocolo de cuidados paliativos para situaciones de final de vida y despido y que se permitan siempre las visitas de familiares en estos momentos, con los equipos de protección adecuados.
- Un sistema de indicadores de calidad y éticos orientados a la calidad de vida y una mejora en el sistema de recopilación y publicación de datos que sirvan como mecanismo de alerta.
3 Comentarios. Dejar nuevo
Lo más grave -aparte del abandono del personal sanitario- ha sido el tratamiento médico dado a los enfermos de Covid en las residencias, pues mientras en los hospitales los curaban con hidroxicloroquina + Azitromicina + anticuagulantes + antiinflamatorios (dependiendo de la gravedad) en las residencias los medicaban con Morfina como analgésico para aliviar dolor «premortem»
Ojo con la «vacuna» que tienen programada para toda la población, para la eugenesia y la esterilización.
https://www.youtube.com/watch?v=mJyQfnzK9XQ&feature=youtu.be
Estos tipos que gobiernan no son fiables