“Tenemos una lengua hermosa y precisa», afirma el director de la Real Academia de la Lengua Española, Santiago Muñoz Machado, que ha concedido una entrevista al diario El País en la que se pregunta por qué habríamos de «estropearla» con el lenguaje exclusivo.
Santiago Muñoz Machado (Pozoblanco, 1949) es el primer jurista después de Antonio Maura (ejerció durante 12 años, entre 1913 y 1925) en dirigir la Academia. Fue elegido en diciembre de 2018 para comandar la nave de la lengua española.
La figura del experto en leyes, pues, regresa a la RAE después de una época de prácticamente 100 años en la que ha predominado en su dirección perfiles más lingüísticos o filológicos.
«Somos útiles -afirma el director de la RAE sobre los juristas- en la creación de la lengua porque nuestro trabajo consiste en definir situaciones muy inmediatas. Definir es nuestra vida: conceptos, situaciones. Esa es la clave del derecho: la retórica, explicarse bien, con buenas y adecuadas palabras. En las cristaleras de nuestro salón de actos hay dos conceptos: poesía y elocuencia. Somos el segundo ramo».
La RAE y el feminismo radical
En la entrevista que le realiza el periodista Jesús Ruiz Mantilla, Muñoz Machado es interpelado sobre varios temas, entre ellos el de las polémicas derivadas entre la presión del feminismo radical por cambiar la lengua de manera artificiosa para usarla como arma ideológica y los académicos, guardianes de la coherencia del español y su uso real.
En relación a la pregunta de si el nuevo ciclo de crónicas de la Academia explicará el momento en que le entregaron el informe sobre lenguaje inclusivo a Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno y su reacción, Muñoz Machado responde: «No lo vamos a contar. Pero ella se disgustó. Le pareció que no quedaba acorde con lo que pretendía. Luego hizo declaraciones sosteniendo que dijéramos lo que dijéramos, esa manera de hablar se iba a imponer, que resultaba irresistible porque concernía a la igualdad de la mujer. Nosotros le explicamos lo que estamos haciendo por evitar la excesiva masculinización del lenguaje«.
En ese sentido, el académico resalta que «nosotros no inventamos la lengua, ni la imponemos», y explica el papel de la RAE: «Es una retroalimentación. Lo único que hacemos es elegir entre diversas opciones dadas por los hispanohablantes. Al dar la respuesta, volcamos hacia la gente lo que hemos recogido de ella. Y nos hacen caso. Hubo un momento en que se perdió el sentido de lo que hacía realmente la Academia».
En relación al tema del lenguaje inclusivo, Muñoz Machado responde a la pregunta «¿Y en eso han conseguido suficiente consenso dentro? ¿Ha habido tensión entre algunos académicos y académicas al respecto?» con la siguiente afirmación: «La posición de la RAE es clara. El desdoblamiento altera la economía del idioma. Y yo añado: y la belleza. Este tipo de variantes la estropean. Es una lengua hermosa y precisa. ¿Por qué tiene que venir usted a estropearla?«.
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Eso mismo decimos muchas personas. ¡Que Dios lo bendiga!
Ni las mismas defensoras lo usan bien. Se oyen cosas como: «Queridos ciudadanos y ciudadanas. Estamos hoy aquí reunidos para declarar que estamos comprometidos con el lenguaje inclusivo.» Como bien dice el director de la RAE: El desdoblamiento altera la economía del idioma… y la belleza.