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El Papa se adhiere a la petición de cese al fuego mundial de la ONU

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Este 5 de julio, tras el tradicional rezo del Ángelus dominical, el Papa Francisco se ha adherido a la Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pide un cese al fuego mundial.

No era la primera vez que apoyaba esta resolución del 1 de julio como una de las medidas para enfrentar la situación que ha provocado la crisis sanitaria global provocada por la pandemia del CIVID-19.

El obispo de Roma tildó de «encomiable» el llamamiento a la cesación del fuego mundial e inmediato. Además, se mostró esperanzado con que esta decisión se aplique “tempestivamente”, por el bien de las muchas personas que están sufriendo.

«Esta semana el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó una Resolución que establece medidas para hacer frente a las devastadoras consecuencias del virus Covid-19, en particular para las zonas ya afectadas por el conflicto», recuerda el Papa. Precisamente uno de los ejes del pontificado de Francisco se está caracterizando por las continuas llamadas a la paz y por la solución de a pobreza.

«Es encomiable el llamamiento a una cesación del fuego mundial e inmediata -prosigue el Pontífice-, que permitiría la paz y la seguridad indispensables para prestar la asistencia humanitaria que se necesita con tanta urgencia. Espero que esta decisión se aplique con eficacia y prontitud por el bien de las muchas personas que están sufriendo«.

Finalmente el Santo Padre desea que resolución del Consejo de Seguridad «pueda convertirse en un valiente primer paso para el futuro de paz».

Francisco ya se había adherido al cese al fuego

Ya el 29 de marzo, Francisco se había adherido a la iniciativa del organismo internacional liderado por el portugués António Guterres.

En un mensaje de vídeo, Guterres, secretario General de las Naciones Unidas pidió “poner en encierro” a los conflictos armados, suspenderlos y centrarnos juntos en la verdadera lucha de nuestras vidas, el coronavirus:

“Nuestro mundo se enfrenta a un enemigo común: el COVID-19 -afirmó el alto cargo-. Este virus no entiende de nacionalidad ni de etnia, facción o fe. Ataca a todos, sin tregua. Mientras tanto, los conflictos armados continúan en todo el mundo. Los más vulnerables -las mujeres y los niños, las personas con discapacidad, las personas marginadas y desplazadas- pagan el precio más elevado. También son quienes tienen un mayor riesgo de sufrir devastadoras pérdidas por el COVID-19. No olvidemos que en los países devastados por la guerra ha habido un colapso de los sistemas de salud. Los profesionales de la salud, ya escasos, han sido con frecuencia atacados. Los refugiados y otras personas desplazadas por conflictos violentos son doblemente vulnerables”.

Como consecuencia de ese llamamiento, el Papa se hizo eco deseando un «alto al fuego mundial total e inmediato» en todos los países que sufren conflictos armados y haciendo extensible esta invitación «deteniendo todas las formas de hostilidades bélicas, fomentando la creación de corredores para la ayuda humanitaria, la apertura a la diplomacia y la atención a los que se encuentran en una situación más vulnerable».

 

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