Es cierto que el Tribunal Supremo de Estados Unidos anuló este lunes, por inconstitucional, una ley pro-vida del estado de Louisiana. El resultado fue de 5 votos contra 4. El fondo del asunto en la sentencia June de este 29 de junio era una ley de Louisiana que obligaba a los abortorios a llegar a acuerdos con hospitales cercanos para que un abortero pudiese decretar el ingreso de una madre cuya salud se complica durante el procedimiento. El Tribunal Supremo la ha declarado inconstitucional alegando que supone una dificultad para el derecho constitucional de las madres a abortar, dado que los abortorios que no consigan esos acuerdos tendrían que cerrar.
Pero no todo son malas noticias en los Estados Unidos. Los defensores de la vida no cejan en su empeño de proteger la vida de los niños no nacidos y continúan impulsando nuevas leyes para ello.
El Senado de Tennesse ha aprobado una nueva ley que prohíbe el aborto después del momento en que se puede detectar el latido del corazón del feto, a las seis semanas de embarazo. Prohíbe el aborto también si una mujer quiere acceder al aborto por el sexo o la raza del niño no nacido, o por un diagnóstico de síndrome de Down. La ley permite el aborto si la vida de la mujer está en peligro, pero no si el niño no nacido es concebido en una violación o incesto.
En Iowa, por su parte, el Congreso y el Senado aprobaron el requisito de un período de espera de 24 horas para realizar un aborto. La legislación también requiere que la mujer vea los ultrasonidos del niño no nacido y que reciba información sobre las posibildades de entregar a su hijo en adopción.
A su vez, en Mississippi, se ha aprobado un proyecto de ley para prohibir el aborto por motivos de raza, sexo o anomalías genéticas. Los partidarios dijeron que prohibiría el aborto por condiciones como el síndrome de Down.
La batalla por la vida de los no nacidos sigue pues muy viva en los Estados Unidos