Tal y como informa CNA News, «el creciente número de personas que mueren por eutanasia está detrás del «boom» de transplante de órganos en Canadá.
El artículo del Ottawa Citizen titulado «Las muertes médicamente asistidas prueban un creciente impulso a la donación de órganos en Ontario» explicaba que aunque el número de personas que necesitan un trasplante en Ontario se ha mantenido relativamente estático, cada vez menos personas se registran de antemano como donantes, y las muertes por eutanasia proporcionan una respuesta a esta escasez.
«Esta fuente relativamente nueva de órganos y tejidos es significativa en el sentido de que la lista de espera de órganos en Ontario se sitúa típicamente en torno a 1.600, sin que se haya hecho ningún gran avance para eliminar ese número», informó Bruce Deachman.
Desde enero hasta noviembre de 2019, hubo 18 donaciones de órganos y 95 de tejidos de pacientes que murieron por eutanasia. Estas cifras, que no incluyen el mes de diciembre, representan un aumento del 14% sobre el año 2018 y del 109% en comparación con todo el año 2017.
La «asistencia médica para morir», como se le llama legalmente en el país, es legal en Canadá desde 2016. Los canadienses que tienen una «condición médica grave e irremediable» pueden optar por poner fin a sus vidas… La muerte de una persona tiene que ser «razonablemente previsible» para que se apruebe la eutanasia, pero no tiene que ser necesariamente considerada terminal.
En Ontario, Trillium solicita «proactivamente» a los pacientes que hablen sobre la donación de órganos una vez que han elegido morir. Por ley, Trillium debe ser informado una vez que una persona ha solicitado que acaben con su vida.
La Dra. Moira McQueen, teóloga moral y directora ejecutiva del Instituto Católico Canadiense de Bioética, dijo a CNA que tales prácticas le parecen «horribles».
McQueen citó el escenario de un paciente que opta por comenzar el proceso de eutanasia en casa y ser transferido a un hospital para la donación de órganos como uno que provoca «aún más problemas éticos y legales». En este caso, un paciente sería esencialmente sedado en su casa y luego transportado a un hospital para la dosis final de medicación letal y luego se le extraerían sus órganos.
«Esa situación hace más claro que el enfoque es verdaderamente de ‘cosecha’«, dijo McQueen. «La dignidad del donante está comprometida y la ‘separación’ de los equipos que se supone que es la garantía de independencia de los equipos está completamente desdibujada».
Dado que una persona a la que se le aplica la eutanasia puede no tener una enfermedad terminal, McQueen dijo que no está fuera de la posibilidad de que un médico de cabecera «pueda sugerir la donación de órganos como, si no un incentivo, sí una especie de ‘consuelo’ por la propia pérdida de vida de la persona«.»
2 Comentarios. Dejar nuevo
Madre mía, como instrumentalizan todo, incluso a las personas, se tratan como si fueran desechables. Cuando ya no son rentables a la sociedad, se les liquida y así ¡más órganos disponibles!
¡Algún día toda esta manipulación será sacada a la luz!
¡Que Dios nos ayude!
[…] Impresionante artículo de Jorge Soley en FORUMLIBERTAS. […]