El 13 de Diciembre 2019 se celebró el acto de apertura de la campaña “Yo contigo, Venezuela” de Ayuda a la Iglesia Necesitada en la iglesia de Sant Ramón de Penyafort de Barcelona. El centro del acto fue el testimonio de Mons. Juan Carlos Bravo, obispo de Acarigua-Araure (Venezuela) sobre la situación de su país.
Mons. Agustín Cortes que presidió el acto habló de Venezuela como “una iglesia lejana en la geografía, pero cercana en el corazón. ACN nos da la ocasión de vivir una comunión concreta con nuestros hermanos de Venezuela”. Ariadna Blanco, responsable de ACN en Catalunya y Baleares, recordó la difícil situación del país: medio millón de enfermos crónicos sin medicamentos, 30% de niños desnutridos, 40% de embarazadas desnutridas, etc… y de cómo ACN ayuda los comedores parroquiales, a 1300 sacerdotes (con coches, restauración de iglesias, regalo de biblias). Por esto se hace la campaña “Yo contigo Venezuela”.
Mons. Juan Carlos Bravo ha dado un testimonio impresionante, destacamos algunas frases más significativas:
– ”He venido como un hermano. Vivimos una fraternidad universal en la Iglesia católica, somos hermanos. Hay una crisis profunda en Venezuela que toca todos los niveles de la vida. La fe pide la capacidad de escuchar, a Dios y a los hermanos, atentos a la realidad. Estoy agradecido por la constante y eficaz presencia de ACN en Venezuela”.
– “Muchos de Uds. no quieren ir a Venezuela por miedo; pero hay varios venezolanos aquí, deben escucharles para entender lo que pasa apoyarles, acompañarles. Que nuestro rostro se quede grabado en su mente y en su oración; yo hago presente aquí 600.000 personas de mi diócesis”.
– “Debemos tocar la presencia de Dios en la realidad… Como María nos preguntamos: ‘¿cómo será esto posible?’ No lo comprendemos, no vemos cómo se arreglará todo. Pero no hemos perdido el sentido del humor y la alegría, la Fe y la Esperanza. Y crece la solidaridad, los pobres comparten más”.
– “La crisis es a nivel político, el pueblo es manipulado y manipulable. Mucha gente vive una dependencia por la bolsa de comida que le da el gobierno. Muchos viven esperando un mesías salvador, como cuando esperaban a Jesús. No podrá haber una solución a la crisis social si no hay un cambio a nivel político. El gobierno lo controla todo (economía, justicia, ejercito,…) y lo corrompe todo. Para cualquier cosa debes pagar a alguien. Por ejemplo: estamos sin gasolina y hacen falta 8 horas de cola para 30 litros. Para el pasaporte: si pagas (3.000 $), lo tienes enseguida. Hay corrupción e injusticia (aprisionan a los que denuncian, no a los corruptos). El actual proyecto político de Venezuela va contra el plan de Dios”.
– “Muchos servicios fallan, hay pueblos con agua cada 3 meses. La electricidad falla 12 horas, solo va mediamente bien en Caracas, en el resto del país va muy mal. No hay comida. Mi diócesis producía el 70% de los cereales del país. No se siembra, el estado obliga a venderles la producción y pagará de aquí a 2 años…. Medicinas no hay, en los hospitales es un colapso, debes llevar todo tu: sabanas, agua,…; están contaminados, es más peligroso estar ingresado que estar fuera. Los médicos se van, los que se quedan están controlados por el gobierno. Damos ayudas paliativas, para que no mueran de hambre, pero los niños desnutridos no tendrán un desarrollo normal. Hay niños que mueren porque no tienen medicinas, no hay antibióticos; los viejos también lo sufren. Los sueldos de profesionales son de 5 dólares a mes y una familia necesita 300 como mínimo. Hay más de 6 millones de pobres extremos. Muchos sobreviven con la ayuda de las remesas de los venezolanos que vienen de fuera. Hay inflación en pesos y también ya en dólares: lo que hoy cuesta un dólar, en dos semanas vale el doble. Mucha gente come de la basura. Recen para que no me quiten en la aduana las medicinas que llevaré…”
– “Los venezolanos tienen un sentido de la familia muy grande, en ausencia de cariño y ternura vivimos mal. Una niña ganó en un festival, pero al entrevistarla lloró porque papá y mamá estaban en Colombia, la cuidan los abuelos. Las escuelas muchos días están cerradas. Al pedir documentos oficiales los despachos no tienen bolis, ni papel, ni fotocopia,…. ‘vaya allí y vuelva’.”
– “La Iglesia también está en crisis. Nos hemos tenido que preguntar; y reinventarnos: la Iglesia eres tú. Antes había una cierta separación (los obispos, los curas, los catequistas, el pueblo llano estaban muy distantes), ahora vivimos todos la misma situación de necesidad. La crisis nos ha sacado de nuestra zona de confort (también al obispo) y nos obliga a la solidaridad, todos somos necesitados. Las iglesias se transforman de lugares de culto a hospitales de campaña (como pide el Papa Francisco)”.
– “Hay curas que no tienen para ir en coche, ni medicinas. El obispo no puede ser indiferente a esta pobreza. La Iglesia está del lado de la gente. Nuestra opción no es dar de comer a pobres o resolver el problema político: es testimoniar a Jesucristo. Agradecemos mucho ACN por el apoyo rápido y efectivo. ACN es una “caridad organizada” (hay que elaborar y presentar el proyecto, luego responden muy bien y rápido). Regalaron 5.000 biblias: la gente tiene hambre, pero ha podido sobrevivir porque Jesús da el sentido de la vida y del sufrimiento. Hacemos un esfuerzo para que gente viva de Cristo, lo primero es ayudar a tener un sentido crítico de la realidad. El Evangelio es instrumento de liberación del pueblo. Los seminarios sobreviven por las becas de la iglesia alemana. Debemos preparar los sacerdotes para esto, una opción radical por el Evangelio. Nuestra tarea no es dar comida, es contagiar a todos el amor a Jesús; pero ahora en esta situación Cristo también se dedicaría a dar comida. Son pobres, pero leen la Biblia y dan una respuesta de fe a lo que viven”.
– “Qué solución nos espera para el futuro lo sabe solo Dios. Mi gran miedo es una revuelta sangrienta: como una mujer maltratada, que puede llegar a explotar violentamente. No se puede más, no hay donde ir a reclamar, la gente está exasperada”.
– “Pueden ayudar enviando medicinas. Algunos lo hacen por correo. O buscar quien va a Venezuela. Hay gente que se deja la ropa para poder llevar medicinas… [Hay una organización en la diócesis para el envío de ayuda (sobre todo medicinas) se llama Puente Solidario con Venezuela, con base en la Cartuja de Montealegre. Se puede colaborar, interesados preguntar].”