Es famosa la tregua que sucedió en la noche de la Noche buena a la Navidad de 1914, cuando tropas francesas, británicas y alemanas acordaron una tregua para celebrar la Navidad, durante la Primera Guerra Mundial. ¿Qué tuvo que ver las raíces cristianas de Europa?
Era la noche del 24 de diciembre de 1914 en Bélgica (Ypres) y una Europa rota se cernía sobre el territorio. En las trincheras alemanes combatían contra británicos y franceses. Una Europa dividida encontró un ejemplo de unidad solamente en una cosa: en las raíces cristianas de Europa.
La Navidad, su sentimiento de hermandad por el nacimiento del Niño Jesús, abrió la posibilidad de una tregua durante esa noche. El paréntesis de unos combates entre soldados cansados y con ganas de sentirse de nuevo personas y familias por una noche.
Las raíces cristianas de Europa hace 105 años
Empezaron cantando los soldados escoceses, a lo que los alemanes levantaron sus árboles de Navidad, cantaron unos y otros y acabaron entonando canciones juntos. La situación se había descontrolado, o controlado, según se mire, los altos cargos salieron al campo de batalla a dialogar, pactaron lo que sería una tregua histórica de la que este año 2019 se cumplen 105 años.
Dicen que compartieron sonrisas y connivencias. Al final todos estaban pasando frío y penurias en aquellas trincheras. Todos eran soldados a los que les costaba encontrar sentido a aquella guerra continentalmente fraternal.
Dicen que incluso jugaron un partido de fútbol. Se habla de resultados, pero es lo de menos. Dicen que compartieron chocolate y cava y comida. Dicen que Dios quiso esa tregua. Una tregua propiciada solo por las raíces cristianas de Europa.
Fue el día que la Navidad ganó la guerra.