“Alrededor de dos de cada diez niños y adolescentes sufren en algún momento de su vida trastornos del comportamiento. Aunque la mayoría son leves, algunos progresan y se enquistan o complican porque se quedan sin diagnosticar y, por tanto, sin tratar”.
Esta es la afirmación que hacen dos médicos pediatras y una psiquiatra infantil del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, que han elaborado la ‘Guía práctica’ para padres sobre ‘Trastornos del comportamiento de niños y adolescentes’.
A través de esta guía, los padres pueden obtener las claves sobre cómo afrontar 20 diferentes tipos de trastornos de comportamiento en la infancia y la adolescencia de sus hijos.
Los pediatras Juan Casado y Raquel Jiménez, y la psiquiatra Mar Faya, autores de este manual gratuito, destacan precisamente eso, que “el objetivo de esta guía es enseñar a los padres a detectar estas anomalías y a manejarlas adecuadamente”.
Entre las cuestiones analizadas en la guía, se plantea cómo detectar, prevenir o tratar trastornos de comportamiento como celos, rabietas, hiperactividad, depresión, ansiedad, autolesiones, anorexia o bulimia, adicciones y bullying.
La importancia de poner límites
Para Casado, profesor emérito del Hospital Niño Jesús, la guía puede ayudar a los padres a detectar estos trastornos de comportamiento y discernir si son relevantes o si se hace necesaria la consulta con un especialista para superar el problema.
En cualquier caso, en declaraciones a Diario Médico, este experto considera que “lo decisivo es que los niños tengan las necesidades afectivas cubiertas”, aunque “los padres deben poner límites porque los niños que crecen sin límites son niños insociables”.
Por su parte, Faya pone de relieve que los cambios sociales han traído consigo la aparición de trastornos como las adicciones a las nuevas tecnologías, el consumo de nuevos tóxicos, o los efectos de las redes sociales en el bullying.
Respecto a la adicción a las nuevas tecnologías, Jiménez añade que la guía trata de dar consejos a los padres para prevenir esas adicciones de forma precoz y si, aun así, estas aparecen poder detectarlas cuanto antes.
“Lo más importante es enseñar a los niños cómo usar las nuevas tecnologías, limitar el tiempo que se pasa en internet, así como no facilitar el acceso a la televisión y a las redes sociales en la habitación, sino en el salón para controlar el tiempo y con quién se están conectando”,
En todo ello es importante que las comidas se hagan en familia, sin móviles o televisión conectados. “Realizar un mayor número de comidas en familia no solo ayuda a la comunicación sino a prevenir trastornos de la conducta alimentaria, tanto en niños pequeños como en adolescentes”, señala Jiménez.
Los 20 trastornos de comportamiento en niños y adolescentes
Dada la importancia que todas estas cuestiones tienen en la vida diaria, reproducimos a continuación un listado de los 20 trastornos de comportamiento en los menores.
Accediendo a la Guía práctica para padres, se puede obtener información detallada sobre qué caracteriza a cada trastorno de comportamiento, cómo detectarlos, prevenirlos y qué hacer en cada caso para tratarlos adecuadamente.
1. Celos. Los celos aparecen cuando el niño cree que la persona querida siente amor hacia otro o lo prefiere en lugar de a él.
Suelen coincidir con el nacimiento de un nuevo hermano y con su éxito escolar o deportivo; y con el miedo a perder el cariño y la protección de sus padres. Afecta a niños pequeños, pero también a escolares y adolescentes.
2. Rabietas. Las rabietas son una forma normal, pero inmadura, con la que algunos niños menores de tres o cuatro años expresan sus emociones. No se trata de una enfermedad ni precisa de consulta médica.
3. Rechazo de alimentación. El rechazo de la alimentación se manifiesta cuando el niño cierra la boca, escupe o acumula comida en la boca. Puede ser reiterado ante alimentos nuevos o inadecuados a su edad, o cuando se le fuerza a comer, entre otras causas.
4. Incontinencia de orina o de heces. La incontinencia de orina se suele producir en la cama durante el sueño en una edad en la que no debería hacerlo, después de los 5 o 6 años.
La incontinencia para controlar las heces es el escape involuntario de las heces en lugares inadecuados, como la ropa interior o la cama, en niños mayores de cuatro años. En ambos casos, no se trata de una enfermedad, pero puede afectar a su autoestima.
5. Tics nerviosos. Los tics nerviosos son movimientos o sonidos muy repetitivos y rápidos, duran menos de un segundo y se repiten muchas veces.
Afectan a cualquier parte del cuerpo, pero más a párpados, boca y hombros; y a veces consisten en ruidos de nariz, garganta o tos. La causa de los tics es desconocida.
6. Hiperactividad y déficit de atención. El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), consiste en la incapacidad que tienen algunos niños para mantener la concentración.
También para controlar sus impulsos y para estarse quietos, se mueven constantemente. Aunque suelen ser niños inteligentes son incapaces de aprender adecuadamente, se adaptan mal a las normas de convivencia escolar y familiar.
7. Tartamudez. La tartamudez no es una enfermedad. Es un trastorno de la fluidez al hablar, no de la inteligencia ni del aprendizaje.
Los afectados repiten una palabra o un sonido muchas veces; se encasquillan al hablar y no les sale la palabra que quieren decir, entre otras manifestaciones de este trastorno.
Hay otros trastornos del habla, como dificultad para pronunciar ciertas letras y sonidos o empezar tarde a hablar.
8. Insomnio. Consiste en la dificultad para dormirse solo, necesitar compañía para dormir y despertarse con facilidad. Es el trastorno del sueño más habitual. Se suele dar más en niños pequeños, pero también en más mayores y adolescentes.
Otros trastornos del sueño son las pesadillas, los terrores nocturnos y el sonambulismo, que suele aparecer entre los 4 y los 8 años y desaparece en la adolescencia.
9. Depresión. La tristeza es una emoción universal normal y pasajera, si se intensifica y persiste en el tiempo puede dar lugar a la depresión, una alteración grave del estado de ánimo, mucho más intensa que la tristeza.
La depresión puede interferir en todos los aspectos de la vida diaria del niño y que requiere tratamiento especializado.
Cabe resaltar que la depresión en las mujeres es mucho más frecuente que en los hombres, según constatan diferentes estudios.
10. Obsesiones. Las obsesiones son pensamientos o imágenes persistentes e inquietantes que el niño no puede ignorar o desechar.
Las obsesiones causan gran ansiedad y pueden dar lugar a compulsiones, acciones o rituales repetitivos que pretenden aliviar la ansiedad causada por esas obsesiones. Ambas están relacionadas.
11. Ansiedad. La ansiedad es una sensación de malestar interior que genera nerviosismo e intranquilidad.
Es una respuesta normal ante un posible peligro, pero se convierte en un problema cuando dura demasiado, es muy intensa o aparece ante un estímulo inofensivo.
12. Autolesiones. Son actos que implican hacerse daño contra uno mismo en el propio cuerpo. Es un problema que afecta a muchos adolescentes, y se hace visible por la presencia de cortes en las muñecas, antebrazos, muslos y/o el abdomen.
Otras formas de autolesión son las quemaduras, los arañazos, o señales de golpes en partes del cuerpo.
13. Comportamiento suicida. Son actos en los que el niño o adolescente busca intencionadamente la muerte o causarse daño a sí mismo.
En la mayoría de los casos no significa un deseo de morir, sino que aparece como el último recurso para pedir ayuda y escapar de un gran sufrimiento.
Al respecto, hay que advertir de que el suicidio entre adolescentes crece en el mundo. En España, el suicidio juvenil supone la segunda causa de muerte externa en menores de 18 años.
14. Anorexia. La anorexia nerviosa es una enfermedad mental con una gran repercusión física. Los niños o adolescentes con anorexia tienen mucho miedo a estar gordos o aumentar de peso.
A menudo tienen una visión distorsionada de su cuerpo (se ven más gordos de lo que son) y el peso tiene una influencia excesiva en la valoración que hacen de sí mismos. Es más común en ellas que en ellos.
15. Bulimia. Las personas que padecen bulimia, al igual que en la anorexia nerviosa, tienen miedo a estar gordas y una preocupación excesiva por el peso y la comida. Intentan adelgazar para mejorar su autoestima.
A menudo, la bulimia se inicia reduciendo la cantidad de alimentos que ingieren, pero después comienzan a darse atracones de comida, seguidos de conductas compensatorias para eliminar lo ingerido como: provocación del vómito, ejercicio físico excesivo, dejar de comer, uso de laxantes o medicamentos adelgazantes.
16. Adicción a las nuevas tecnologías. Los niños con adicción a las nuevas tecnologías (ordenador, videoconsolas, teléfono móvil y otros dispositivos electrónicos) sienten una necesidad constante de jugar o conectarse.
Por ello, le dan prioridad sobre cualquier otra actividad, interfiriendo gravemente en su vida diaria, como hacer los deberes, estudiar, salir con amigos o relacionarse con la familia.
Dos de los riesgos de este tipo de adicciones son la ‘Nomofobia’ y el enganche digital. “El móvil y las redes son la heroína del siglo XXI”, afirmaba recientemente un experto psicólogo.
17. Bullying. El bullying o maltrato entre iguales es el abuso físico o psicológico persistente o repetido de un niño o adolescente sobre otro de edad similar. El nombre de bullying procede de la palabra inglesa ‘bully’ que significa, matón, brabucón.
Dentro de esta tendencia al acoso entre menores, ha irrumpido con fuerza el ciberacoso, que aumenta y afecta a más de la mitad de los adolescentes en España.
18. Consumo de drogas. Son sustancias tóxicas con efectos negativos para la salud. Las más utilizadas son el tabaco y el alcohol, y entre las consideradas ilegales el cannabis es la más utilizada por los adolescentes.
El alcohol y el cannabis son la puerta de entrada para otras drogas como la cocaína, la heroína y otras de diseño.
La Encuesta EDADES advertía recientemente de que aumenta el número de adolescentes enganchados al cannabis, “la sustancia ilegal más consumida” por los más jóvenes.
19. Duelo en la infancia y adolescencia. Es un proceso habitual al que se enfrentan algunos niños tras la muerte de un ser querido, como un familiar o una mascota.
También aparece con la pérdida de contacto por el desplazamiento de una persona muy cercana.
Es uno de los acontecimientos más dolorosos que puede experimentar el ser humano, siendo el sufrimiento una respuesta normal al mismo.
La mayoría de los niños y adolescentes que sufren el fallecimiento de algún familiar son capaces de afrontarlo si reciben el apoyo, cariño y comprensión adecuados.
20. Separación de los padres. La ruptura de la pareja parental suele ser uno de los acontecimientos más estresantes y con mayor repercusión en todos los miembros de la familia.
La noticia del divorcio de los padres es desconcertante y angustiosa para los hijos, incluso cuando estos son conscientes de la existencia de conflicto conyugal.
Ante esta realidad, cabe recordar que España sigue con su escalada de divorcios y es uno de los países de la UE-28 con mayor tasa de ruptura matrimonial.