El peronista Alberto Fernández ganó las elecciones en Argentina este domingo, 27 de octubre, imponiéndose al liberal Mauricio Macri. Así, el nuevo presidente se ha de enfrentar ahora a una grave crisis económica y social que ha disparado el hambre y la pobreza entre los argentinos.
Además, Fernández gobernará junto a la vicepresidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner, que acumula trece procesamientos, la mayoría por corrupción, y siete órdenes de prisión preventiva, que ha eludido porque el Senado de mayoría peronista ha negado su desafuero.
Ante ese escenario, cabe preguntarse cómo solucionará el nuevo Gobierno esa crisis económica y el deterioro de las condiciones sociales, que ha sumido en la pobreza al 35,4% de los 44,6 millones de argentinos, es decir unos 15,8 millones de ciudadanos, con datos oficiales del primer semestre de 2019.
En ese sentido, una encuesta del Pew Research Center previa a las elecciones en Argentina constata el “gran descontento” y el “pesimismo generalizado” de los argentinos ante la situación económica y el deterioro de las condiciones sociales.
Asimismo, el estudio ‘Argentines pessimistic about economy, political system leading up to election’ (‘Los argentinos, pesimistas sobre la economía y el sistema político antes de las elecciones’), subraya la desconfianza de los argentinos en los funcionarios electos, las instituciones públicas y la democracia.
Una sucesión de crisis económicas
El informe de este centro de investigación recuerda que las elecciones en Argentina se han producido “cuando la economía de la nación intenta recuperarse de una crisis financiera de agosto”.
Durante esa crisis, “el peso perdió más del 30% de su valor y el principal mercado bursátil cayó un 38% inmediatamente después del segundo puesto del presidente Mauricio Macri durante las primarias del 11 de agosto”.
Además, “la crisis financiera de agosto es la última de una larga serie de crisis que han afectado a la economía argentina. Según un informe de 2018 del Banco Mundial, la nación ha experimentado 14 crisis financieras desde 1950, sin incluir esta última recesión”, añade.
Las conclusiones del estudio reflejan cinco hechos significativos sobre el estado de ánimo de los argentinos que vienen a coincidir con las elecciones de este domingo.
1. Pesimismo generalizado
“Existe un pesimismo generalizado entre los ciudadanos argentinos sobre la dirección de la nación”, afirma el informe.
De hecho, más de “ocho de cada diez (82%) expresan su insatisfacción con la forma en que están yendo las cosas en Argentina hoy”, como se puede observar en este gráfico, reproducido a partir del estudio.
“Los argentinos más jóvenes (de 18 a 29 años) son significativamente más propensos que los mayores de 50 años (87% frente a 73%) a decir que no están satisfechos con las condiciones del país”, cita el informe.
Al mismo tiempo, “las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de mantener este punto de vista (86% frente a 78%)”, añade.
Por otra parte, los encuestados con mayores estudios e ingresos muestran un porcentaje menor de insatisfacción que aquellos con menos estudios y bajos ingresos, como se observa en el gráfico.
2. Insatisfechos con la economía
Además, coincidiendo con las elecciones en Argentina, la gran mayoría de ciudadanos se muestran insatisfechos con la marcha de la economía en su país (83%), como muestra este segundo gráfico.
“Aproximadamente ocho de cada diez argentinos dicen que la situación económica del país es mala”, cita el estudio.
“Esta participación es menor que en 2002, cuando el 98% dijo que la situación económica era mala después de una crisis económica. Actualmente, solo el 15% dice que la situación económica es buena”.
Cabe recordar que esta encuesta “se realizó antes del shock del mercado que ocurrió en agosto”, agrega el informe.
Relacionado con esta cuestión, la situación económica es vista de forma diferente según cada partido político.
“Una proporción casi universal de adultos (94%) con una visión desfavorable de Cambiemos, el actual partido gobernante, dice que la situación económica es mala, mientras que una mayoría más pequeña de quienes ven favorablemente al partido (57%) dice lo mismo”, cita el estudio.
“Del mismo modo, el 94% de aquellos con una visión favorable del kirchnerismo, el partido que derrotó a Macri en las primarias de agosto, dice que la situación económica es mala, mientras que el 76% de aquellos con una visión desfavorable comparten la misma opinión”, agrega.
“Cuando se trata del futuro financiero de los niños en Argentina, los encuestados están divididos: el 42% cree que sus hijos estarán mejor que sus padres, mientras que el 47% dice que estarán peor”.
Hay que insistir en que esta encuesta se realizó poco antes de que se celebraran las elecciones.
3. Descontento político y social
También se analiza el descontento político y social que existe actualmente, que “se extiende a través de una amplia gama de condiciones en el país”. ¿Se podrá reducir tras las elecciones en Argentina?
Como muestra este otro gráfico, “en general, el 72% de los argentinos dicen que son pesimistas sobre cómo funciona el sistema político cuando piensan en el futuro”.
“Aquellos con una visión favorable del partido gobernante tienen menos probabilidades de sentirse pesimistas sobre la forma en que funciona su sistema político que aquellos con una visión desfavorable (58% frente a 78%), aunque la mayoría de ambos todavía son pesimistas”, añade el estudio.
Cuando se les pregunta sobre la reducción de la brecha entre ricos y pobres, algo más “la mitad del público argentino informa sentirse pesimista sobre la posibilidad de reducir la brecha entre ricos y pobres (52%)”.
Además, también lo son respecto al “sistema educativo de la nación (52%) y la disponibilidad de empleos bien remunerados (51%)”, aunque también hay una nota positiva: “la mayoría de los argentinos expresan optimismo sobre la cultura de su país al mirar hacia el futuro (61%)”.
4. Escepticismo sobre el Estado y los funcionarios
Asimismo, “los argentinos expresan poca confianza en los funcionarios electos y las instituciones públicas”.
Solo uno de cada cinco (20%) está de acuerdo en que “el Estado se ejecuta en beneficio de todas las personas y que la mayoría de los funcionarios electos se preocupan por lo que piensan las personas como ellos (21%)”, como se ve en el gráfico.
“Los adultos de 18 a 29 años son menos propensos que los de 50 años y mayores a aceptar que el Gobierno se ejecuta en beneficio de todas las personas (16% frente a 26%)”, añade el informe.
“Aquellos con una visión favorable de Cambiemos también tienen más probabilidades de estar de acuerdo en que el Estado funciona para todos (39%) que aquellos con opiniones desfavorables (13%)”, continúa.
En sentido contrario, “los argentinos son optimistas sobre la participación democrática: el 55% dice que votar les da a personas como ellos algo que decir sobre cómo el Gobierno maneja las cosas”.
5 ¿Satisfacción con la democracia?
Por otra parte, “la mayoría del público argentino está insatisfecho con el estado de su democracia. Aproximadamente seis de cada diez (61%) expresan puntos de vista insatisfechos”, como muestra este último gráfico.
En ese contexto, “aproximadamente seis de cada diez adultos con Educación Secundaria o inferior (63%) expresan insatisfacción, mientras que aproximadamente la mitad (48%) de los que han obtenido más educación dicen lo mismo”.
“Del mismo modo, el 70% de aquellos que ganan menos que el ingreso medio no están satisfechos con el funcionamiento de la democracia, mientras que aproximadamente seis de cada diez (57%) de aquellos con un ingreso superior al promedio comparten la misma opinión”, añade el informe
Al respecto, los puntos de vista políticos muestran diferencias. “El único grupo con una mayoría que expresa satisfacción con la forma en que funciona la democracia son aquellos que tienen una visión favorable del partido gobernante”, en este caso, Cambiemos (60%).
“La mayoría de los que tienen opiniones favorables sobre el kirchnerismo y el peronismo expresan su insatisfacción con el funcionamiento de la democracia (68% y 60%, respectivamente)”, concluye el estudio.