La constante llegada de inmigrantes y refugiados a Europa es una cuestión que genera un amplio debate, cuando no preocupación, entre los responsables políticos y la población de los diferentes países europeos.
De hecho, el ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, advertía hace unos días de la llegada de una nueva «oleada de refugiados» si su país no impulsa un esfuerzo europeo conjunto para paliar el problema.
“Debemos ayudar más a nuestros socios europeos con los controles en las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE). Han estado solos demasiado tiempo”, señalaba el conservador ministro alemán.
“Si no lo hacemos, se volverá a repetir una oleada de refugiados como la de 2015, tal vez quizás sea incluso mayor que hace cuatro años», añadía.
Hay que recordar que en 2015 llegaron a Europa más de un millón de solicitantes de asilo. En Alemania se presentaron entonces 476.649 solicitudes; mientras que en 2016 ascendieron a 745.545, la mayor cifra registrada hasta el momento. Luego, la cifra volvió a disminuir.
Ante este escenario, cabe preguntarse si la llegada de inmigrantes y refugiados es un hecho positivo o negativo para los países europeos y, por consiguiente, si se les debe acoger o limitar e incluso cerrar el paso.
¿Acogerlos o cerrarles el paso?
Una posible respuesta a esta pregunta tiene que ver con un reciente estudio del BBVA sobre los “Valores y actitudes en Europa, que analiza precisamente esta cuestión: a los inmigrantes y refugiados, ¿hay que acogerlos o cerrarles el paso?
Las conclusiones de este informe apuntan a que una minoría de ciudadanos en España, Francia, Reino Unido, Italia y Alemania son partidarios de permitir la libre entrada de inmigrantes en su país; España es el país más permisivo con ellos y con los refugiados.
Al mismo tiempo, la mayoría aprueba recibir a personas que huyen de la guerra y de la persecución política, étnica o religiosa, y en menor medida de la pobreza; aunque coinciden en que “la acogida de refugiados en un deber moral”.
Por otra parte, una mayoría de países opinan que la acogida de refugiados supone “una carga económica” y que aumenta el riesgo de atentados terroristas.
¿Qué hacer con los inmigrantes?
Una primera cuestión que plantea la encuesta del BBVA en los cinco países analizados es “qué debería hacer el Gobierno respecto a la inmigración”.
Al respecto, “la gran mayoría aprueba políticas de inmigración que permitan la entrada de nacionales de otros países condicionada a la existencia de puestos de trabajo y, de manera más destacada, a la previa fijación de cupos máximos anuales”, como se puede observar en este gráfico, reproducido a partir del estudio.
Esta posición es “dominante en la población alemana” (73% entre las dos opciones), y también en la británica (77%), “y a distancia, en Francia (69%) y minoritaria en España (74%), donde la opción predominante es asociarla a la existencia de puestos de trabajo”, resume el estudio.
“Solo una minoría apuesta por la libre entrada, algo más elevada en los casos de España y Francia y muy reducida en Alemania e Italia”, concluye el informe en este apartado.
En cuanto a quienes optan por “impedir la llegada de personas en busca de oportunidades”, el país más restrictivo es Italia (18%), seguido de Alemania (16%), Francia (13%), Reino Unido (8%) y España, con solo un 4%.
¿De qué huyen los refugiados?
Respecto a los refugiados, el informe señala que “la amplia mayoría está de acuerdo en que su país reciba a personas que huyen por motivos de guerra, persecución política, étnica o religiosa y, a distancia, para huir de la pobreza”, como muestra este segundo gráfico.
De nuevo los españoles son los europeos más receptivos a acoger inmigrantes y refugiados en los tres casos planteados en la encuesta en una escala de 0 a 10, en que 0 significa “completamente en desacuerdo” y 10 “completamente de acuerdo”.
Así, España muestra en el gráfico una puntuación de 8 para las “personas que huyen de países en guerra”; 7,8 para las que “huyen de la pobreza”; y 7,4 para las que “huyen de una persecución política, étnica o religiosa”.
En cuanto al resto de países, la media es de 7; 5,6; y 6,5, respectivamente.
El informe lo resume así: “los españoles se posicionan más favorablemente que el promedio de los otros cuatro países en la acogida de refugiados por los tres tipos de motivos”.
“En las demás sociedades, hay mayor acuerdo en recibir como refugiados a quienes huyen de países en guerra o persecuciones, que a quienes huyen de la pobreza (al contrario que en España)”, continúa.
“En Alemania, predomina el desacuerdo respecto a acoger a este último grupo de personas”, agrega el informe.
Acogerlos, ¿un deber moral?
Al mismo tiempo, “la mayoría está de acuerdo en torno a que la acogida de refugiados es un deber moral, acuerdo que es muy alto en España, y más moderado en Alemania e Italia”, como se ve en este otro gráfico.
La encuesta hace en este caso una doble pregunta: “¿acoger a refugiados es un deber moral; enriquece a la sociedad?”
Ante esta cuestión, también los españoles se muestran más solidarios: del 0 al 10, consideran que es un deber moral con una puntuación de 7,4; y que enriquece a la sociedad con 5,5.
La media del resto de países muestra una puntuación de 5,9 y 4,8 respectivamente.
“Las opiniones están divididas respecto a si recibirlos enriquece o no a la propia sociedad: prevalece el acuerdo con esta idea en Reino Unido y España, y el desacuerdo en el resto, acentuándose el mismo en Alemania e Italia”, cita el estudio.
Lo no deseado de los refugiados
Una última cuestión que plantea la encuesta a los ciudadanos de los cinco países es “cuál es su grado de acuerdo o desacuerdo” con si acoger a los refugiados “es una carga económica que el país no puede sostener; aumenta el peligro de atentados terroristas; o debilita la cultura del país”.
Al respecto, hay una mayoría de países que considera que representan una carga económica y que de alguna manera suponen un mayor riesgo de terrorismo, como muestra este último gráfico.
Para la media de los países, la puntuación sobre si representan una carga económica es de 6,2; mientras el peligro de atentados terroristas supone 6 puntos; y 4,9 en cuanto a debilitar la cultura.
En el caso de España, la puntuación es de 6,1; 5,4; y 3,9, respectivamente.
“Entre las hipotéticas consecuencias negativas del proceso de acogida de refugiados, la mayoría en todos los países cree que es una carga económica que el país no puede sostener y, también, que aumenta el peligro de atentados terroristas. Hay más división respecto a las consecuencias en la cultura del país”, destaca el estudio.
“Alemanes e italianos vuelven a ser los más críticos respecto a los posibles efectos indeseados”, concluye.
Lo que dicen otros estudios
Cabe recordar que toda esta cuestión sobre los inmigrantes y refugiados ha sido analizada en diversas ocasiones por expertos en la materia y a través de encuestas realizadas a la población europea.
Sirvan como ejemplo algunos estudios elaborados por el Pew Research Center, de los que se pueden extraer interesantes conclusiones al respecto.
El pasado mes de abril, una encuesta realizada en 11 países europeos concluía que la mayoría de europeos cree que los inmigrantes aumentan el riesgo de terrorismo; España era la excepción.
El mes anterior y a las puertas del Brexit, la mayor parte de británicos consideraba que los inmigrantes fortalecen su país. Además, desde 2014, son más aceptados en España, Reino Unido y Francia; y menos en Grecia, Alemania, Italia y Polonia.
En octubre de 2018, otro estudio constataba que desciende la preocupación de los europeos por los inmigrantes, aunque se les pide que se integren.