Muchos analistas coinciden en que, a tenor de los últimos años, que la permanencia de la clase media en Occidente podrá desaparecer en los próximos años. Sin embargo, para el economista Javier Garcia-Arenas el futuro no será tan duro para la clase media.
El autor, en el último informe mensual, analiza la evolución futura de la clase media mediante dos factores: las tendencias demográficas y la transformación tecnológica. Garcia-Arenas, mediante datos actuales de los empleos emergentes, realiza una proyección sobre el impacto de la automatización para la clase media. Los resultados, a pesar de ser previsiones que pueden no darse de tal forma en la realidad, describen un escenario donde el 48% de los puestos de trabajo de la clase media estarán en riesgo de automatización.
A pesar de la relevancia de este dato, si se compara con las clases bajas, la situación es peor: casi el 70% de los actuales empleos desempeñados por personas pertenecientes a las clases menos pudientes podrían desaparecer a medio plazo por el cambio tecnológico.
Dentro de la clase media-baja los empleos con más peligro de ser automatizados, según el autor, son los que presentan acciones más «rutinizables». Garcia-Arenas pone como ejemplo la contabilidad y la administración, coincidiendo con el reciente caso en el que la Justicia fallo a favor de una contable tras ser despedida por reemplazo de un robot. Por otro lado, el economista afirma que el riesgo de automatización decrece a medida que aumenta el salario en los diferentes empleos.
Más pobreza entre los jóvenes
En un futuro cercano los jóvenes tendrán menos posibilidades de acceder a la clase media. Según un reciente estudio de la OCDE, el porcentaje de personas de entre 20 y 30 años que pertenece a la clase media en la actualidad es del 60%, frente al 68% de los baby boomers cuando tenían la misma edad.
En este sentido, no hay que olvidar que otro de los factores es el envejecimiento de la clase media. Aumentará de forma significativa el número de personas de clase media cuya principal fuente de ingresos sea una pensión. Lógicamente, para que una parte muy importante de las personas de más edad sigan perteneciendo a la clase media, es imprescindible que el poder adquisitivo que les provee su pensión se mantenga relativamente estable. Ello, sin embargo, es probable que presione las finanzas públicas de muchos países desarrollados, o que genere ciertas tensiones intergeneracionales.
