Mario Draghi, a final de su mandato, ha anunciado medidas para frenar la desaceleración económica que está sufriendo la Unión Europea. Al mismo tiempo, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) pide a los países que utilicen la política fiscal de forma contracíclica. El ciclo expansivo que dio comienzo a mediados de 2013 se está desinflando en la zona euro y un mayor gasto público o una rebaja de impuestos (ahora que los tipos de interés están hundidos) puede ayudar a contrarrestar esta desaceleración.
En un contexto de guerra comercial, un Brexit inminente, una inflación que no crece lo suficiente y la Unión Europea desacelerando progresivamente, el Banco Central Europeo no lo tiene fácil para salir del embrollo. Mario Draghi se ha dirigido a los países que aún tienen margen fiscal para implementar políticas fiscales expansivas. Este conjunto estaría formado, entre otros, por Austria, Países Bajos y Alemania).
«Todavía creemos que la probabilidad de una recesión en la zona euro es pequeña. Pero esta va en aumento”, asegura el mandatario europeo. Además del ámbito fiscal, el presidente del BCE rebaja la facilidad de depósito —lo que cobra a las entidades financieras por dejar sus fondos inactivos— del -0,4% actual al -0,5%. Esta medida, la primera bajada de tipos en la eurozona desde marzo de 2016, se daba por segura.
Por otro lado, la compra de deuda se ha vuelto a recurrir después de casi un año sin usarla. La cuantía de las compras, de 20.000 millones al mes, es inferior a la esperada. Pero a cambio no tiene fecha de caducidad: las adquisiciones terminarán “poco antes de que comiencen a subir los tipos de interés”, dice el comunicado. Eso puede significar mucho, mucho tiempo, en el que el BCE seguirá inyectando dinero en la economía.
En cuanto a los tipos de interés, Draghi asegura que «continuarán en sus niveles actuales o más bajos hasta que la perspectiva de inflación converja de forma robusta a un nivel cercano, pero por debajo del 2». Por lo tanto, se espera que se mantengan en los niveles actuales hasta que se estimula realmente a la inflación.
Ante la desconfianza de Alemania sobre las medidas del BCE, países como Francia o España han dado pleno apoyo a Draghi. Nadia Calviño admitió que la política monetaria le queda “poco recorrido para tener impacto”, y recordó que esta no puede reactivar la economía por sí sola, sino que es necesaria también la participación de la política fiscal. «No hay políticas que no tengan contraindicaciones o efectos secundarios», dijo la ministra en funciones sobre los bajos tipos de interés.