(Bioedge, Michael Cook)
The Economist, una de las revistas más influyente del mundo, acaba de posicionarse a favor de los abortos caseros. En un reciente editorial señalaba que el acceso a los centros en los que se realizan abortos durante la pandemia de Covid-19 ha sido difícil en muchos lugares. Para facilitar el acceso de las mujeres al aborto, varios países han relajado las restricciones sobre los medicamentos de venta por correo que pueden ser utilizados para realizar abortos sin tener que consultar a un médico.
“El Covid-19 lo ha cambiado todo. En marzo, el secretario de salud británico aprobó un cambio en la normativa que, efectivamente, ha otorgado a cualquier casa el mismo estatus que el de una clínica abortiva. En lugar de visitar a un médico, las mujeres pueden ahora organizar un aborto por teléfono y recibir las píldoras por correo. Irlanda introdujo reglamentación similar. Francia extendió el límite para un aborto casero de la séptima a la novena semana de embarazo, aunque las píldoras deben ser entregadas por un médico o en una farmacia. En julio, un juez federal de los Estados Unidos levantó la normativa que exigía que las mujeres recogieran las píldoras abortivas de una clínica u hospital, dictaminando que ello constituía un «obstáculo sustancial en el camino de las mujeres» durante la pandemia”.
Este es un cambio al que damos la bienvenida, afirma The Economist. «Los cambios en el régimen de aborto introducidos como resultado de la pandemia no crean nuevos derechos; dan a la mujer acceso a sus derechos ya existentes de manera más segura y eficiente. Como ocurre con cualquier ciudadano, eso es una buena noticia«.
Los críticos de los abortos caseros por el método del «hágalo usted mismo» sostienen que son peligrosos, aunque The Economist insiste en que «no hay pruebas de que los abortos en el hogar sean peligrosos y hay muchos indicios de que no lo son«.
Sin embargo, hay pruebas de que dos mujeres han muerto recientemente en el Reino Unido después de tomar píldoras abortivas. En un correo electrónico filtrado, escrito el 21 de mayo y presentado ante los tribunales, una comadrona del Servicio Nacional de Salud escribió que 13 incidentes estaban siendo investigados, incluyendo el posible asesinato de un bebé abortado vivo, dos muertes maternas y píldoras abortivas entregadas a una mujer con un embarazo de 22 semanas, por encima del límite legal para el aborto casero. En el correo electrónico también se puede leer:
“En [nuestra región] somos conscientes de que ha habido 2 muertes maternas relacionadas con este tema. Un caso en el que una mujer fue encontrada en su casa la mañana siguiente al inicio del proceso y el segundo en el que una mujer se presentó con sepsis y murió muy rápidamente. No teníamos datos de ninguna de estas mujeres en nuestros servicios de maternidad o ginecología«.