Reproducimos el escrito que, desde Uruguay, escribe Carlos Alvarez Cozzi:
«Cada vez que se acerca el Dia Internacional de la Mujer, las líderes feministas radicales de género aparecen en la prensa haciendo declaraciones.
Nadie puede estar contra los derechos legítimos de la mujer, lo que no supone concordar con la ideología de género, ni mucho menos.
Además estas señoras se la agarran invariablemente con la sociedad, a la que califican de patriarcado, sin fundamento serio que puedan esgrimir, en un mundo donde los derechos de las mujeres son cada vez más justamente reconocidos y donde abundan los casos de maltrato de mujeres a hombres que llegan incluso al suicidio, cuando aquellas le niegan ver a sus hijos luego de separados o los denuncian falsamente ante la Justicia para que ésta les imponga a los padres medidas cautelares de apartamiento. Y esto dicho con todo respeto reconociendo también que existen lamentablemente numerosos casos de violencia sexual ejercida por hombres contra sus parejas o ex parejas.
Pues bien, en Uruguay, en un portal de prensa digital, dos días antes del Dia Internacional de la Mujer aparece una nota a una dirigente feminista radical, que se detalla seguidamente.
Lucy Garrido, coordinadora de «Cotidiano Mujer», hizo referencia en declaraciones a «El Espectador» a algunas expresiones críticas recientes hacia la “ideología de género” por parte del cardenal arzobispo de Montevideo Daniel Sturla y de la vicepresidenta de la Repúbica, Lucía Topolansky, esposa del ex presidente José Mujica.
Dijo: “Soy una extremista del laicismo. No queremos más los rosarios en nuestros ovarios”, reafirmó.
Comentario: si fuera esta señora realmente partidaria del laicismo, -en realidad debería haber dicho laicidad que es lo que establece nuestra Constitución-, debería justamente de abstenerse de estar a favor que el Estado propugne la ideología de género, (y que la enseñe en su Guía de Educación Sexual,) que ella y la feministas radicales profesan, porque dicha ideología viola claramente la laicidad, en tanto que el Estado no debe adoptar como propias, posiciones oficiales en materia filosófica, religiosa ni ideológica.
Entonces la perplejidad es total. En verdad se abusan de la ignorancia o complacencia de muchos periodistas y de la ignorancia del ciudadano medio en estos temas.
Además esas declaciones incitan al odio contra la Iglesia Católica, y no será de extrañar que nuevamente en las manifestaciones del día 8 de marzo, vuelvan a enchastrar los muros de los templos. Esperemos que no, que prime la sensatez.
Por otro lado, la representante de ONU Mujeres en Uruguay, el año pasado negó en su cuenta de twitter que feministas hubieran exhibido frente a la Catedral Metropolitana de Montevideo carteles insultantes contra la Iglesia, cuando toda la prensa pudo captar fotografías de ello.
Las declaraciones de Garrido van en el mismo sentido y de forma innecesaria hace referencia al rosario, algo sagrado para los creyentes católicos porque alude directamente a la Virgen María.
Entonces, la misma legislación que los grupos LGBTI impulsaron y se concretó, de establecer como delito la incitación al odio y discriminación, que incluye razones de orientación sexual, que pretenden usar contra los que respetuosamente no compartimos la ideología de género por ser totalmente a-científica; paradojalmente podría ser usada en su contra si persisten con la incitación contra cualquier credo, incluyendo el religioso, cuando ha sido precisamente la Iglesia Católica, con la figura de la Virgen María y de tantísimas santas, la que ha dignificado históricamente y hasta el presente, la figura de la mujer.
Esperemos que el 8 las manifestaciones sean en paz y respetuosas.»